La diva, que germinó en Gran Bretaña sus dotes para el canto, cosecha triunfos en toda Europa y ahora plantó semillas en el nuevo mundo, es fanática de Diego Maradona.
Dulce, angelada y de curvilíneos atributos que la revista para adultos Playboy quiere en su portada y en escasos trapos. Se hizo presente en el Monumental de River para cantar en la previa del partido amistoso que ofreció Argentina contra Canadá antes de partir a Sudáfrica.
Es difícil imaginar que una delicada muñequita de inusitada belleza dentro de la ópera tenga gustos futboleros, pero es así. Fue ella quien confesó que, en sus estudios ubicados en Londres, tiene una camiseta argentina firmada por el DT argentino y otra autografiada por Pelé. Y fue ella también quien pidió conocer a Maradona en vivo y en directo, asegurando que da suerte. Sería algo así como una Chiqui Legrand envasada en el apretado encaje de una feme fatale (al menos, la Selección se anotó su primer triunfo…).
A sus 29 años, la despampanante mezzosoprano que ancló en Buenos Aires -estuvo en el living de Susana Gimenez- seducida por la noche, la gastronomía y las tanguerías porteñas, ya sabe bien el rumbo que desea darle a su futuro musical.
Coquetea con el pop. Es la artista clásica más vendedora en la historia del Reino Unido y la primera mujer en ganar dos veces consecutivas el premio Brit. Además, su abultada fortuna la instaló en el número uno del top de jóvenes intérpretes más ricas de Inglaterra (por sobre Joss Stone y Lily Allen).
Bomboncito gales. Afirma que quiere compartir escenario con la controvertida Lady Gaga y Michael Buble -el novio baladista de Luisana Lopilato- y que no se siente un "ángel que canta" -como le llama la crítica especializada-. Ella quiere construir su carrera en base a la música y se niega al destape hot de Playboy -según declaró en una entrevista: "hubiera defraudado a mi madre"-.
Claro que no por eso reniega de su coqueta lindura y afirma: "Cuento con una imagen fuerte y la defiendo porque entiendo de publicidad, por eso trato de aprovecharme en el buen sentido, a fin de llevar glamour a la música clásica". En pocas palabras, no es ninguna tonta y admite que la belleza es su llave del éxito. Y si es una diosa por qué negarlo.
