Que los carros pancheros, lomiteros y choripaneros estén bien iluminados, que tengan baños químicos para los clientes, que los aderezos se entreguen en sobres cerrados para evitar el relleno de pomos con productos de procedencia dudosa, que tengan agua corriente o tanques con surtidor y receptáculo, que no instalen sillas ni mesas. Estos son algunos de los requisitos más importantes que están siendo analizados por la comisión de Higiene y Medio Ambiente y la de Asuntos Constitucionales del Concejo Deliberante de Capital. El objetivo, según explicó el concejal autor del proyecto de ordenanza, el justicialista Esteban Díaz, es legalizar y regular definitivamente la actividad gastronómica en la vía pública, que ahora está prohibida y siempre fue uno de los temas municipales más polémicos.
El proyecto se presentó hace dos semanas y pasó a comisión para su evaluación. "Se trata de un ideal. Es muy probable que, luego de las revisiones y análisis, se tenga que modificar varios puntos para hacer viable el proyecto. Por eso buscamos el aporte de todos los concejales y de Salud Pública", dijo Díaz. Con ese fin, el encargado del Bromatología de Salud Pública, Raúl Tomba, y el del área de Inspecciones Municipales, Rogelio Cerdera, ya tienen en su poder una copia del proyecto.
Por su parte, uno de los voceros de los pancheros, Marcelo Flores, dijo que ellos están conformes con cualquier medida que tome el municipio para legalizar su actividad. "Mientras podamos quedar legales, que pongan todos los requisitos que la ley mande", afirmó.
La idea de regular la actividad nace por la necesidad de resolver un problema de vieja data. El primer intento de control se hizo en julio de 1992, cuando la ordenanza 3387 suspendió permisos y autorizaciones de venta de panchos, lomos y choripanes en la vía pública. Ese mismo año, la posterior ordenanza 3407 habilitaba esa venta estableciendo requisitos, horarios y prohibiciones. Dos años después, la ordenanza 5129 prohibió nuevamente el otorgamiento de autorizaciones, de lo que se dedujo que, como los permisos anteriores se vencían ese mismo año, la actividad quedaba prohibida en todo el ejido capitalino. Esta ordenanza, que fue aprobada en noviembre de 1994, es la que aún rige.
En consecuencia, y en lo que va del año, el tema ya ha generado varios conflictos. En febrero pasado, la Comisaría 2da secuestró y clausuró 8 carrobares en la zona de Avenida de Circunvalación y Rawson en cumplimiento de la normativa. A principios de junio, el municipio anunció que sacaría los carrobares del Parque de Mayo basándose en la misma ordenanza. Unos días después, estos vendedores ambulantes realizaron manifestaciones y pidieron firmas a sus clientes para quedarse en el lugar. Ante la necesidad de una solución al planteo, a fines del mismo mes, el municipio anunció que iba a trabajar en una norma que los autorice y reglamente. Y es ese nuevo proyecto de ordenanza cuyo borrador están analizando en el Deliberante.
