Existen numerosos imponderables causantes de tragedias viales, la mayoría errores humanos por no respetar elementales normas de circulación, tanto de parte de los conductores como de los peatones. Por ello los estudios sobre el tránsito vehicular y comportamiento humano, separan muy bien las calificaciones de hechos que, si son evitables, no de califican de accidente, sino de negligencias que pueden ser fatales.
La utilización irresponsable de dispositivos tecnológicos es causante de distracciones al conducir un vehículo, en particular de teléfonos celulares, equipos de audio y hasta mirar un localizador (GPS) cuando la concentración del automovilista resulta vital en el medio. Ningún reductor de velocidad ni artificios que se coloquen en la calzada puede contrarrestar comportamientos temerarios.
Según la asociación Luchemos por la Vida, el uso de teléfonos celulares por parte de conductores, en la Ciudad de Buenos Aires creció de 4,1% de septiembre de 2007 a 10,8% en septiembre de 2014, una cifra alarmante si se tiene en cuenta que en esa área circulan unos 151.000 conductores hablando por celular constantemente mientras se encuentran en marcha. Ese comportamiento es una flagrante violación a los artículo 5.2.4, "e” de la Ley 2148 y 6.1.26 de la Ley 451 de la Ciudad de Buenos Aires, y del art. 48, inc. "x” de la Ley Nacional de Tránsito 24.449.
El informe también es lapidario con los peatones por el uso del celular en igual período, mientras cruzan las calles en la Capital Federal: creció de un 4,3% en septiembre a 13,7% en igual mes de 2014, no obstante que recientes investigaciones internacionales han concluido que caminar hablando por teléfono es muy riesgoso ya que las personas observadas despliegan comportamientos erráticos, tales como cruzar más despacio y fuera de las sendas peatonales, a los que se suman los que escuchan música por auriculares completamente distraídos.
Pero este hábito peligroso, compartido por peatones y conductores que agrava la seguridad vial, se extiende por todo el país como una epidemia moderna, tal como lo vemos en San Juan. Cruzar en diagonal a mitad de cuadra enfrascado en la comunicación o atravesar el Conector Sur por cualquier lugar enviando un mensaje de texto, por ejemplo, son tan comunes como los siniestros diarios.
