Un centenar de hinchas de River que aseguraban tener entradas válidas provocaron disturbios y se pelearon con agentes de la Policía Federal antes del inicio del partido y no pudieron entrar al estadio. “Detectamos 600 entradas falsificadas y por eso la policía no permitió que ingrese nadie más a la cancha”, contó Francisco Capellano, gerente de All Boys.