Luego de un intenso año con la conducción de Desayuno Americano y El Debate de Gran Hermano, ambos ciclos de América, Pamela David voló a Miami para tirarse una canita al aire con su marido, el empresario y dueño del canal del cubito multicolor, Daniel Vila. Pero nunca se imaginó que la bikini que lució con tanto desenfado en las arenas estadounidenses le traería dolores de cabeza.
A sus 37 pirulos, la mamá de Felipe Lábaque -fruto de su anterior matrimonio- y Lola Vila -la hija de su pareja de 62 abriles- se vio en Revista Pronto y se llevó tremenda sorpresa ya que no le gustó cómo se encontró en sus páginas. La exmodelo nacida en Córdoba se indignó por unos kilitos de más y el atisbo de celulitis que las fotos no lograron esconder. Como toda primera dama (es la esposa del pope de la emisora) lanzó sus dardos con sutileza a los fotógrafos que la pescaron in fraganti.
En vez de disparar insultos, hizo su crítica con humor, escudándose en que exhibió un traje de baño un talle menor al suyo y que la luz del día no la benefició: "Chicos, no da, sol al mediodía no va. A vos te hablo que estás del otro lado, que te compraste la bikini un talle menos, no te la pongás. ¡No te la pongás porque se te corta el rollito!", dijo. Y, respecto al buen ir, motivo de los suspiros de los caballeros en sus buenas épocas, destacó: "Hay otra que es peor porque está dinamitada la cola". Pame, seguís siendo una diosa caída del olimpo. Aunque, ahora, de carne y hueso.
