El serbio Novak Djokovic se consolidó como indiscutido número uno del tenis mundial al conquistar ayer el Abierto de Australia, primer Gran Slam del año, para sumar así su tercer título consecutivo en el certamen, un logro sin precedentes en la era profesional.
Djokovic se tomó revancha de la caída de septiembre pasado en la final del Abierto de Estados Unidos y superó al escocés Andy Murray, tercer preclasificado, por 6-7 (2-7), 7-6 (7-3), 6-3 y 6-2, tras tres horas y 35 minutos de juego.
Fue el cuarto título de Djokovic en Australia, que iguala así al estadounidense Andre Agassi y al suizo Roger Federer.
Además, de los últimos nueve torneos de Grand Slam, cinco fueron ganados por el serbio.
A pesar del comienzo intenso por parte del escocés, que se llevó el primer set, de a poco Djokovic puso las cosas en su lugar y se quedó con el partido sin ceder ni un solo juego de saque. Murray, que sintió el esfuerzo y las molestias de las ampollas en su pie derecho, terminó frustrado y no pudo repetir lo de la última final del abierto de EEUU, cuando logró su único título grande.
Murray dio el primer paso al ganar el primer set en el tie break, pero el británico dejó pasar la chance en el inicio del segundo juego, cuando el serbio estaba 0-1 y 0-40. Pero apareció el ímpetu de Nole para resurgir y llevar el set hasta un nuevo tie break, que esta vez quedó de su lado por un más que contundente 7-3. Tras la intervención de los médicos, para atender a un Murray que tuvo un día menos de descanso que su adversario, sucedió lo previsible: Djokovic quebró, se llevó el tercero por 6-3 y el cierre en el cuarto parcial fue cuestión de tiempo. Ahí sí, pegó el grito, y festejó a lo grande. Como lo que es.
Fuentes: Télam y olé.com.ar
