Importa ganar. Siempre importa ganar pero también interesa el cómo y en la edificación de la victoria que cortó una racha amenazante de 10 fechas sin festejar (estuvo a punto de igualar la segunda peor racha), San Martín mató dos pájaros de un tiro. Porque venció a Atlético Rafaela por 1-0 pero además, consolidó su identidad futbolística en este nuevo camino de reconstrucción de pasiones con su gente. Ganó jugando a lo que siente. Manteniendo una idea a lo largo de todo el juego y sabiendo que éste es el San Martín "made in Franco". Con mucho respeto por la pelota, con una profunda vocación ofensiva y con la fija de morir siempre en esta idea. Esto será San Martín y el triunfo ante los santafesinos sirvió para eso.

La identidad de este nuevo San Martín es jugar siempre a ras del piso, a darle mucha circulación al juego, a elegir el mejor camino sin dividir la pelota. Así salió. Así se le paró a un Rafaela que se metió de entradita bien atrás, cerrando caminos. Con el doble pivot de Alderete y Scatolaro, el equipo sanjuanino intentó jugar siempre. En los primeros 45′ le faltó precisión en algunos movimientos con la pelota, pero nunca renunció a tocar. A los 2′ Penco llegó con un cabezazo que se fue por arriba del arco tras un centro de Videla. A los 16′ Videla le pegó débil tras un centro de Roberval. Todo era de San Martín y el único punto negro era la falta de profundidad en algunos pasajes del primer tiempo. A los 25′ Barreiro casi mete un golazo tras un tiro libre sensacional que se fue besando el ángulo superior derecho de Sara. Rafaela, poco y nada. Solamente un tiro libre de Bovaglio en el cierre que se fue con suspenso al otro palo elegido por Pocrnjic.

En el complemento, San Martín encontró el camino de la victoria a partir de su persistencia para sostener una idea. Nunca se desesperó y ahora sí le agregó más presión para poder abrir a Rafaela. Se le dio rápido porque la jugada del gol nació en la derecha, siguió en la claridad de Scatolaro por el medio para ver a Roberval en electrizante diagonal y terminó con el ágil movimiento del brasileño para girar, medir el remate y clavarla allá abajo, donde Sara no llegó. 1-0 merecido por la forma en la que lo buscó San Martín. Después, con otro libreto en Rafaela que tuvo que arriesgar mucho más, San Martín encontró en la fortaleza de Melo, la garra de Alderete y la entrega de todos, el argumento necesario para sostener un triunfo que se necesitaba pero que tuvo lo mejor en la forma en cómo lo consiguió: jugando a lo que siente.