Que fue año histórico para el fútbol de San Juan, nadie lo olvidará jamás porque hace apenas 60 días, hubo un sacudón de calidad con los ascensos de Sportivo Desamparados y Atlético San Martín a la B Nacional y a Primera División, respectivamente. Desde ese mismo día, en ese mismo instante, se planteó una suerte de caminos paralelos que recién con los primeros capítulos de cada una de sus historias, está mostrando dos realidades similares y diferentes a la vez. Es que Sportivo Desamparados al igual que San Martín debutaron ganando en sus categorías pero luego, ninguno de los dos pudo volver a cantar victoria. Ahí, bien parecidos. Pero claro, en las diferencias, el saldo que asoma como más positivo es el de San Martín, que si bien no volvió a ganar, tampoco volvió a perder y sigue invicto, mientras que Desamparados no pudo volver a ganar y no paró de perder. Ahí, todo distinto.
En los tres partidos que llevan jugados hasta ahora, la diferencia pasa por las localías y San Martín fue local en 2 de los 3 que jugó, mientras que Sportivo fue visitante en 2 de los 3 que jugó.
Entrando ya directamente en el juego y remitiéndose a lo que mostraron ambos en sus últimas presentaciones, el saldo positivo tiene color Verdinegro porque San Martín fue capaz de remontar el 0-2 que sufría en La Plata ante Estudiantes, mientras que Sportivo se quedó con la cara larga al no poder remontar un 0-2 ante River en Huracán, que finalmente terminó en 1-3 como condena. San Martín capeó el mal momento en La Plata y alcanzó a descontar antes del final de la primera parte. Ese gol de Más lo puso en carrera al empate y lo consumó en una gran producción colectiva en el complemento en el que llegó al 2-2 final pero inclusive pudo haberlo ganado. Para Sportivo, la desventaja mínima del 0-1 parecía que cerraba un primer tiempo en el que había hecho todo bien durante los primeros 35′ pero se equivocó y lo embocaron, dejándolo más que mal parado para el complemento en el que nunca volvió a ser el del comienzo del partido. Así y todo, en su peor momento, alcanzó a descontar y a ilusionarse, pero le devolvieron su sueño a la realidad con otro cachetazo, sellando un 1-3 que sonó a castigo exagerado pero merecido.
