No hacía falta sufrir tanto, frente a semejante desparejo nivel de un equipo y otro. No por nada San Martín ya sueña con volver a Primera y la CAI sigue mirando con terror el promedio del descenso. La primera parte fue de un frenesí Verdinegro que dio como para pensar en una nueva goleada, pero en la segunda se desdibujó. Marró varios goles y terminó esperando el pitazo de Toia para dar rienda suelta a la alegría por semejante primera rueda. Dos caras. Una para soñar y la otra para despertarse, porque ante un equipo más duro la historia puede ser distinta.
1 Más allá del gol de Penco, al minuto, que simplificó todo, San Martín puso todo su repertorio en acción en el primer tiempo. Con Pereyra y Gallardo de abanderados, construyó no menos de seis jugadas netas de gol. De no ser por la falta de puntería, esa mitad terminaba en goleada y tal cual pasó ante los jujeños, era igual a decir "chau, partido".
2 Claro que la cosa cambió en el complemento. Sin tanto despliegue de una descarga permanente como Alonso, el equipo se fue apagando y, peligrosamente, retrocediendo. Le dio la pelota a la CAI y dejó que sólo demostrara porque afuera de Comodoro Rivadavia le cuesta todo el doble. Un sufrimiento final sin necesidad, tal cual manifestó el propio Hrabina.
3 Uno de los interrogantes a responder anoche era saber cómo iban a afectar al equipo las ausencias de Becerra y Torresi. Pese a los quilates de éstos jugadores, San Martín no perdió su esencia. Jugó como lo viene haciendo y por momentos hizo olvidar al mendocino y al cordobés. Alonso cumplió en su estreno como titular y Cuevas le dio la cuota justa de velocidad a la ofensiva. Un líder que parece estar en Aruba.
