Lo que marcó el triunfo de Argentina sobre Chile fueron las propuestas de ambos. Mientras el equipo de Martinazzo proponía y siempre iba en busca del gol, los trasandinos esperaban, especulaban y su función fue siempre consumir los 45 segundos de posesión, para darle menos control de bocha a la selección nacional. Incluso renunciaron a atacar, para evitar que les conviertan y apostar a una contra. Incluso su primera opción fue por un penal que la mala marca de argentina le cedió, y que sirvió para que Nicolás Fernández abriera el marcador. Las limitaciones de Chile, y la supremacía de Argentina fueron muy notorias, pese a que costó inclinar la balanza. Sin embargo cuando esto ocurrió, el partido se definió porque para los trasandinos era imposible que cambiaran su estilo y propuesta. Mezquina, limitada, en síntesis apostar a recibir la menor cantidad de goles posible.
