Fue un ‘descuido que duró segundos’, dice Nely. Y es que estaba pasando el lampazo en la entrada de la casa, cuando sonó el teléfono y ella se sentó a hablar en la cocina, dejando abierta la puerta de entrada. En eso que charlaba a través del aparato, escuchó a su vecina que le gritaba desde la calle: ‘¡Nely! ¡Nely! ¡Han salido dos pend… corriendo de la casa!’. La anciana salió asustada, pero no vio nada. No obstante se puso a mirar las cosas en el comedor y no notó desorden ni ningún faltante. Eso la tranquilizó, supuso que sólo habían intentado entrar. Siguió con su rutina, hasta que a la medianoche ingresó a su dormitorio y sin querer descubrió que los 100 pesos que tenía sobre la cómoda ya no estaban. Más le entró el miedo al ver que la puerta de su placard estaba abierta y, peor aún, cuando advirtió que también había desaparecido la cartera en donde en ella y su hermana guardaban más de 30.000 pesos.
El robo se produjo cerca de las 21 del martes en una casa de calle Anacleto Gil en el Bº Santa Teresita, en Capital, y dejó desconcertada a Nely (pidió no dar su apellido), de 72 años, y también perjudicó a su hermana de 82, quien se encuentra fuera de la provincia por cuestiones de enfermedad. El dinero era el ahorro de ambas por si surgía alguna urgencia debido a sus problemas de salud. La primera de las mujeres es pensionada y la otra jubilada docente.
Los autores habrían sido dos jóvenes que andaban en bicicleta. La vecina los vio pasar por calle y al poco rato observó que esos mismos sujetos salían raudamente de la casa de Nely. Fue en esos momentos en que la anciana dejó abierta la puerta principal de la casa y entró a atender el teléfono que estaba en la cocina. ‘Yo me descuidé unos segundos y entraron sin que me diera cuenta. Y eso que habían vecinos regando la calle y todo’, explicó la anciana.
