Estaban cansados pero felices. Luego de levantar la corona mundial con España en el Cantoni, Guillem Trabal (el arquero) y Jordi Bargalló (la figura) mostraban su orgullo el día después de la consagración.
Trabal aclaró en un principio que “me llevo de San Juan otro título mundial, que no es poco. Ya tengo cinco, de los seis que jugué. Eso significa un premio a la constancia y a este equipo que está haciendo historia”.
Más adelante Guillem destacó que “se puede ganar Mundiales en casa o en otros lugares pero ganarlo acá, en San Juan, tiene un sabor especial. Yo ya me di el gusto dos veces, por eso mi alegría”.
Al ser consultado si le pesa o es un orgullo el que lo consideren el mejor arquero del mundo, el catalán dijo: “A lo mejor ustedes lo ven distinto al comparar arqueros en un Mundial pero, en España, marcar las diferencias es mucho más difícil. Está Sergi (Fernández) y otros porteros de un nivel excepcional y nadie se puede otorgar ser el mejor del mundo”.
Luego aclaró que “no sé si me quedan muchos años para seguir atajando pero a mí me sigue gustando mucho el hockey y mientras me sienta bien y lo disfrute voy a seguir firme”.
Con respecto a la Final, el arquero contó que “fue una Final, por el contexto que se veía, muy difícil. Fue vital que en los primeros minutos domináramos nosotros. Que inclusive marcáramos diferencia con dos goles. Todo esto lo hizo mucho más fácil…”
Jordi Bargalló aclaró por su parte, que “a mí nadie me dijo nada ni me dieron un premio como mejor jugador del Mundial. Si ustedes lo consideran así, pues bien, para mí es un orgullo inmenso”.
Luego señaló que “me noté cómodo en el equipo. Uno siempre trata de hacer lo mejor para el grupo y se dio así. Llevo tres títulos mundiales. Yo espero que quede mucho Jordi para adelante. Tengo muchas ganas de seguir en la Selección”.
Al final, agregó: “Por ahora sólo quiero llegar a Barcelona, juntarme con mi mujer y mi niña e irme a La Coruña para empezar con mi equipo, el Liceo”.
