El desastre, en secuencia: primero un desborde hacia la banquina del costado derecho del conductor, luego un volantazo seguido de una frenada brusca para corregir hacia el centro de la calle. Y enseguida marcas de caucho discontinuas hacia el carril de circulación contraria hasta que el vehículo derrapa y termina muy dañado por una seguidilla de impactos violentos contra varios objetos en la banquina opuesta. Así, descontrolado, arrancó un cesto metálico de basura, dio contra un árbol, quebró un poste de madera del tendido eléctrico y volvió a chocar contra otro árbol hasta terminar volcado de costado. Una simple ojeada a la escena del siniestro en un tramo de 60 metros de avenida Benavídez protagonizado por el conductor de ese Chevrolet Corsa, que terminó aplastado y destruido, dejaba la impresión de un resultado lindante con lo trágico. Sin embargo, la consecuencia de ese choque estuvo muy lejos de la gravedad para sus cuatro ocupantes: la única mujer que viajaba en el auto ni siquiera fue hospitalizada y sus tres compañeros varones llegaron al Hospital Rawson con magullones y golpes menores que no les impidieron volver a sus casas luego de recibir las primeras atenciones médicas, dijeron fuentes policiales.

Ese siniestro ocurrió minutos después de las 5 de ayer en avenida Benavídez, unos 150 metros al Oeste del cruce con Callejón Ullum, en Rivadavia, pero no fue el único que provocó una situación de peligro para los propios involucrados y también para terceros. Más temprano, alrededor de las 22 del martes, en Caucete, un acoplado cargado con unas 20 toneladas de tierra, se desprendió del camión y volcó, afortunadamente sobre el guardarrail y no sobre la ruta 20 (ver página 15).

Ayer, los policías de la Seccional 23ra. estaban convencidos de que la diferencia entre la vida y la muerte para los cuatro ocupantes del Chevrolet Corsa, la hizo el uso del cinturón de seguridad. Por eso -aseguraron- los cuatro ocupantes del auto, sobrevivieron a un siniestro que, sin el uso de ese elemento de seguridad, pudo acarrearles otro final.

Los jóvenes involucrados en el tremendo impacto fueron identificados como Diego Ruíz (29 años, conductor), Diego Tejada (22) y Martín Vidal (18), todos de Chimbas y con un diagnóstico similar: politraumatismo, precisaron en la Policía. Con ellos viajaba Marianela Cortez (20), quien resultó prácticamente ilesa, dijeron fuentes policiales.

¿Qué originó el tremendo impacto? Aunque no descartaban ninguna teoría, en la Policía sostenían como principal hipótesis que todo tuvo su origen en una posible falla humana.