Pareció un signo premonitorio, porque ya el domingo en la madrugada, cuando despedían a sus visitas y un vecino se acercó para decirles que se habían entrado a robarle, a la mayor de los tres hijos de la maestra Adriana González (38) y el mecánico Dante Riveros (38), una nena de 10 años, le había entrado una preocupación un poco desmesurada aunque un tanto lógica, porque el 12 de junio pasado también les habían desmantelado la casa, como ya había ocurrido en otras tres ocasiones en los últimos 7 años. Ese día trataron de calmarla y poner sus pensamientos en otra cosa, pero ayer aquel temor se confirmó con un nuevo ataque, esta vez mucho más grave porque los ladrones se metieron a la casa en pleno día. Armados, redujeron a Adriana y su hijo menor, de 6 años, para luego revisar todo hasta encontrar lo que buscaban: plata, unos 2.400 pesos para pagar deudas, un celular y algunas joyas.
Se fueron, pero dejaron a la mujer atada de pies y manos a una silla, impotente, con el dolor de ver a su pequeño mojado en llanto, convencida de que el trauma no será algo sencillo de sacar de su cabeza, como le pasa a su hija mayor.
Todo pasó a las 9.05 de ayer en la casa que la familia habita sobre calle Bogián, en el barrio Portal de los Andes III, en Rivadaiva. La mujer ya había arrancado el día de manera inusual porque trabaja de mañana pero ayer no fue porque por la tarde debía recibir un curso para hacer el censo. A esa hora arreglaba las camas y esperaba a que su hijo terminara de desayunar para llevarlo a la escuela, cuando sintió un ruido en la puerta. Pensó que era su nene, pero al notar que no le respondía salió y se topó con un sujeto armado que empezó a exigirle la plata y que hiciera callar al niño, mientras un cómplice revisaba todo hasta que resolvieron atarla y dejarla.
"Decí que se llevaron la plata y que no le hicieron nada a ella ni al nene, pero ya no podemos vivir en esta inseguridad. Lo peor es que en todas las veces que nos robaron nunca recuperaron nada y ni siquiera nos llamaron para reconocer algo que secuestraran", dijo ayer indignado el dueño de casa.
"Lo peor de todo es el nene, va a quedar traumado… con esto ya ni van a poder dormir por las noches, es un drama", se lamentó Adriana.
