Una pareja enferma que cuida una finca de 9 de Julio vivió ayer una madrugada de terror cuando 5 encapuchados armados los sorprendieron en la casa. Ambos fueron golpeados, la mujer fue manoseada y luego los maniataron con los cargadores de los celulares de las víctimas. Los malvivientes estuvieron una hora y luego, al parecer, escaparon en un vehículo con un celular, medicinas, artículos de aseo personal, una campera, un televisor LCD de 21’, un reproductor de DVD y un equipo de música.
El violento robo ocurrió en una finca de calle 8 y Costa Canal. Allí viven desde hace 20 días Rubén Montenegro (39, sufre ataques de epilepsia), su pareja Analía Báez (32, tiene problemas en la columna y en una pierna) y cuatro de los seis hijos que tiene la mujer con su exmarido, que no estaban al momento del golpe.
Báez relató que en los primeros minutos de ayer llegó con su pareja luego de pasear en la casa de un pariente. La pareja hizo fuego afuera para cocinar y al rato escucharon a unos hombres en la tranquera del frente del predio.
’Salí a ver quiénes eran y había dos tipos. Me preguntaron por una familia Bustos y me dijeron que venían de Buenos Aires a comprar droga. En eso salió Analía a ver qué pasaba cuando aparecieron otros tres tipos por detrás y nos sorprendieron’, dijo Montenegro.
Cuatro de los ladrones tenían armas de fuego y llevaron a la pareja al interior de su casa. Allí le pegaron unas patadas al hombre y lo tiraron al piso, mientras que a Báez también le golpearon la pierna que tiene problemas para hacerla arrodillar. Después, les ataron las manos hacia atrás con el cargador de sus celulares.
’Nos pedían plata y la droga, pero nosotros no sabíamos de qué hablaban. No sé cómo, pero pude esconder mi celular en mis pechos. Rogaba que nadie llamara sino no sé qué me hubieran hecho si me descubrían. Aparte de pegarme, me bajaron el pantalón y me revisaron para ver si no tenía la droga que buscaban’, comentó la mujer, entre lágrimas.
Mientras la pareja era vigilada por uno de los ladrones armados, el resto de sus cómplices cargó los aparatos, las medicinas de Rubén y las otras cosas. Después, los ladrones huyeron en un vehículo y al rato la pareja se desató como pudo y llamó a la Policía. ’Hace poco que vivimos acá, pero nos queremos cambiar. Tenemos miedo que vuelvan’, dijo la mujer.
