El Papa Francisco rechazó ayer la respuesta militar como única vía para los conflictos en Siria e Irak, en un discurso ante las autoridades de Turquía, país al que llegó en visita oficial, y aunque consideró ‘lícito detener al agresor injusto‘ llamó al diálogo entre fes y culturas ‘para acabar con el terrorismo‘.
‘Es lícito detener al agresor injusto -dijo aludiendo al grupo islamista radical Estado Islámico (EI)-, aunque respetando siempre el Derecho Internacional‘ subrayó el pontífice ante el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, quien lo recibió en el palacio presidencial de Ankara, la capital del país euroasiático. ‘No podemos confiar la resolución del problema a la mera respuesta militar‘, enfatizó Jorge Bergoglio.
Poco después, ante la Diyanet, máxima autoridad religiosa del Estado turco, Francisco condenó ‘la violencia que busca una justificación religiosa‘, y denunció que la situación en Medio Oriente ‘es verdaderamente trágica‘. Erdogan, que preside una nación donde el 99,8% de habitantes son musulmanes, habló en un discurso previo al del Papa y denunció el aumento de la islamofobia en Occidente. El sutil contrapunto había estado precedido por dichos del presidente turco, en los que dejó entrever que no le gusta recibir lecciones de extranjeros.
La visita de tres días de Francisco estará centrada en el diálogo entre las iglesias católica y ortodoxa y el acercamiento a los musulmanes. La visita papal motivó un impresionante operativo de seguridad: nadie que lleve un bolso o paquete podrá acercarse al pontífice o transitar por las calles marcadas como recorrido del Papa. Francisco volará hoy a Estambul, donde visitará la catedral católica del Espíritu Santo, donde celebrará una misa, para encontrarse en privado con el patriarca Bartolomé I, quien lo invitó al país.
