Eduardo Duhalde tendrá 70 años recién cumplidos cuando el próximo 23 de octubre se realicen las elecciones generales, diez más que cuando llegó por primera vez a la Presidencia de la Nación, desde donde logró desterrar al menemismo del poder y desde el cual pretende, si gana, liquidar a otra moda del PJ: el kirchnerismo.

Algunos vinculan su permanencia en la élite política, no sólo en su trayectoria -fue legislador, intendente, gobernador, vicepresidente y presidente- sino en su "frialdad" a la hora de definir sus estrategias políticas, como buen ajedrecista que es. Él mismo ha confesado que muchas veces, luego de un partido de ajedrez, se queda durante horas repensando jugadas y alternativas de juego.

Duhalde nació en Lomas de Zamora, pleno conurbano bonaerense, el 5 de octubre de 1941, hijo de Tomás Duhalde y María Esther Maldonado. Se casó hace ya 40 años con "Chiche", como la llama siempre a su esposa Hilda González, y con quien tuvo 5 hijos, Juliana, Analía, María Eva, Agustina y Tomás, que lo convirtieron 6 veces en abuelo.

Duhalde logró su título de abogado y notario en la Universidad de Buenos Aires. Su biógrafos oficiales se encargan de resaltar -como él mismo lo hace- que "ocupó todos los cargos públicos electivos, de concejal a presidente", aunque no precisan que llegó a la primera magistratura entre el humo de cubiertas incendiadas por indignados contra una clase política que aplaudía en el Congreso el default más gigantesco de la historia financiera universal.

Duhalde fue guardavidas en una pileta gremial en Lomas y estudió 2 carreras universitarias. Fue político y profesor. Se declaró enemigo del narcotráfico, pero llevó a Elisa Carrió a la Justicia por vincularlo con ese negocio non sancto. Comenzó como concejal y terminó creando con el brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva la Unión Sudamericana de Naciones.

Se caracteriza por hablar con los punteros de la política y exponer en Harvard sobre la realidad argentina. Fue concejal en 1973, intendente un año después, volvió a la Municipalidad en el "83 y fue diputado en 1987. A comienzos de 1988, cuando el menemismo comenzó a organizarse para enfrentar al cafierismo, Carlos Menem le ofreció ser su compañero de fórmula presidencial. Ganaron la interna contra todos los pronósticos, y luego derrotaron a la fórmula radical Eduardo Angeloz-Juan Manuel Casella, llegando a ser vicepresidente en 1989. Dos años después fue gobernador bonaerense, senador en 2001 y jefe de un Estado quebrado y desahuciado en 2002.

El país vivía su crisis política-institucional-económica más grave desde el retorno de la democracia: tras la renuncia de Fernando De La Rúa -el 20 de diciembre 2001-, en menos de dos semanas habían pasado al frente del Ejecutivo Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño, antes de que Duhalde asumiera la presidencia.

Ya al frente del Ejecutivo nacional, Duhalde se enfrentó con su antiguo aliado, Menem, a quien siempre culpó por la derrota en la presidencial de 1999 que ganó Fernando De la Rúa. En 2003 logró quitarse ese inconfesado rencor: desbarató la interna del PJ y logró imponer que el riojano, el puntano Adolfo Rodríguez Saá y su pupilo Néstor Kirchner mantuvieran sus candidaturas. Así, consiguió poner en fuga a Menem, quien no fue a un balotaje con el santacruceño, debido a que le auguraba una derrota segura, ante el alto nivel de rechazo a su figura. 8 años después de esa movida, ya sin un Carlos ni un Néstor, Duhalde busca ante Cristina Fernández de Kirchner ir por su segunda victoria -aunque pierda- que le permita exorcizar otra vez al Peronismo de la nueva moda.