Entender la educación en perspectiva es dar respuesta a realidades que el educador debe enfrentar según la contingencia o situación límite, posibilidades, circunstancias y momentos que requieren una inminente atención; urgencias o probabilidades por acontecer y que por su inmediata resolución exigen una alternativa oportuna para "romper” con la inmovilidad o encierro de la solución.
Este punto de vista o modo de ver la educación desenvuelve un conjunto de contenidos y considera las situaciones de aprendizaje en el instante decisivo por el que el educador pone a prueba su agudeza, perspicacia, intuición, imaginación y discernimiento en el que adopta una posición avanzada y crítica para buscar la solución a la problemática planteada o al tema tratado.
La importancia de esta educación se encuentra en el marco de una Pedagogía Asistencial. El resultado de experiencias en el nivel inicial, la enseñanza primaria y secundaria, la propia del nivel superior y aquellas del sistema de educación no formal y parasistemático, fueron el campo de registros que permitieron proponer estos contenidos a los enseñantes de este siglo o educadores contemporáneos. Los trabajos realizados en ésta disciplina pedagógica que incorpora contenidos y una metodología especial es la propuesta para nuestro tiempo y que ponemos a disposición de la educación, de manera tal que el profesional del área cuente con otra visión que fortalezca su perfil y comprometa su rol con ella.
No se trata ya de ver de qué manera el responsable va a enseñar, cuales son los contenidos que corresponden o que métodos son los más acertados o eficaces al momento de resolver su función, sino de cómo se ordena en situación, cómo vence las dificultades y que elementos utiliza.
Hoy en día la educación en perspectiva va a dar respuesta a temáticas que gravitan en el seno mismo de la familia, en la escuela, en el trabajo, en la calle, etc.
Observemos algunas cuestiones que se van a tratar en forma inminente y que ya no son simples conferencias o charlas didácticas e instructivas sino problemas reales que están a nuestro lado y de los cuales participamos todos. Por ejemplo: la educación sexual, el lesbianismo, la drogadicción, la homosexualidad, la desintegración familiar, el sexo liberado y la violación, el aborto y la masturbación, el tabaquismo y el alcohol, la violencia de género y la agresión, los secuestros, homicidios y latrocinios, la obesidad, la lujuria y la gula, la anorexia y la bulimia, la depresión y el suicidio, entre otros, son las problemáticas que tenemos que resolver.
Que respuestas ofrece la educación en perspectiva. La primera es que todas las problemáticas enunciadas y otras no son hechos educativos sino cuestiones sociales que tienen incidencia educativa. Por otro lado todas ellas buscan en el ámbito educativo formal su comprensión y justificación, nada más lejos y apartado de los objetivos educativos.
Cualquier contenido de estos temas puede incitar al niño y al joven a su ejecución, no se trata de saber o como llegar a estos, pues las imágenes, videos o muestras didácticas pueden ser absolutamente permisivas. No todo debe mostrarse ni todo debe ser mostrado por mas método, o ilustrativo que sea. El curso natural y la razón son prerrogativas de un resguardo familiar, la escuela está no para educar al niño y al joven, sino para formarlo, orientarlo, guiarlo hacia su propio ser. La educación, esté o no, es responsabilidad absoluta de los padres o sustitutos. El Estado debe velar por ella y no incorporarse en la moral familiar. Lo que en todo caso el Estado debe hacer es fortalecer el concepto de familia y procurar una institución firme, estable y permanente, alentando y favoreciendo la unión del varón y la mujer y la instancia matrimonial, no la simple formación de parejas, porque parejas son todas, pero no todas se constituyen en matrimonio.
Mostrar temáticas o cuestiones de alto contenido científico, no significa que estén provistas de un marco ético o moral. Además las imágenes o ilustraciones, como también los videos de igual forma no conducen siempre a conceptos que resguarden la moral y buenas costumbres. No se trata de censura sino de adaptación a la edad de los hijos y adecuación a la evolución psicológica de niños, jóvenes y adultos.
Educar en perspectiva es un desafío para el educador de este siglo.
