El sitio web Wikileaks volvió ayer a dar el gran golpe mediático al levantar el velo sobre más de 250 mil documentos secretos del Departamento de Estado de EEUU que se conocieron tras la publicación en cinco periódicos del mundo, donde se revelan las dudas y reparos de Washington sobre diversos líderes del mundo, entre ellos, Cristina Fernández.
Según lo publicado ayer por el diario "El País" de España, la presidenta argentina "despierta sospechas en la casa Blanca, a tal punto que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llegó a solicitar información sobre el estado de salud de la mandataria", algo que no es una práctica habitual en la política de EEUU.
Este dato pone en el tapete las duras relaciones entre Washington y Buenos Aires durante toda la gestión K, a pesar de la primera euforia de Fernández de Kirchner por la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, del primer presidente negro en la historia política de EEUU.
Si bien recién se conoció la primera parte y recién hoy se publicará el informe que involucra a Cristina, se sabe que no es la única mención que se hace de Argentina.
El primero de los más de 250 mil documentos se refiere al inicio del conflicto con Gran Bretaña por las Islas Malvinas que derivó en la guerra. Fechado el 28 de diciembre de 1966, seis meses después del golpe de Estado del General Juan Carlos Onganía y muchos años antes del enfrentamiento armado, la embajada de EEUU envió un mensaje alertando que Argentina planeaba aumentar sus aguas territoriales: "La prensa informa y diversas fuentes de la embajada confirman que la nueva legislación argentina, que cambia de forma unilateral la jurisdicción marítima, está en avanzado estado de revisión".
El cable que menciona a Cristina Fernández forma parte del capítulo que pone bajo la lupa sobre importantes líderes latinoamericanos y a sus políticas de gobierno, especialmente la del venezolano, Hugo Chávez y del boliviano, Evo Morales.
Especialmente llamativo es el caso de los aspirantes a la presidencia de Paraguay en las elecciones de abril de 2008.
Según explica El País, un despacho nombra a la entonces ministra de Educación, Blanca Ovelar, al ex vicepresidente Luis Alberto Castiglioni, al ex general Lino Oviedo y a Fernando Lugo, actual presidente.
En el despacho el Departamento de Estado pide que de los cuatro aspirantes se recaben datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, ADN "y otras singularidades".
El Departamento de Estado pide además a sus diplomáticos que recaben información sobre la corrupción oficial, el lavado de dinero, las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia, y la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo.
También revela la preocupación de la embajada norteamericana en Buenos Aires por el narcotráfico y la construcción de mezquitas en el país latinoamericano, limítrofe con Argentina, Brasil y Bolivia.
Estas informaciones forman parte de la filtración masiva de documentos diplomáticos que la web Wikileaks ha entregado a cinco publicaciones en todo el mundo y que pretendía dar a conocer ayer a través de su propia web.
Sin embargo, por la mañana, Wikileaks denunció que su servidor había sido atacado y que no iba a estar operativo, por lo que la única manera de acceder a la información era a través de las cinco publicaciones que tuvieron los documentos previamente, El País (España), The New York Times (EEUU), The Guardian (Reino Unido), Der Spiegel (Alemania) y Le Monde (Francia).
La inmediata reacción de la Casa Blanca fue advertir a Wikileaks que la próxima divulgación de archivos clasificados -que se espera para hoy- "pondría en peligro incontables vidas, amenazaría las operaciones del Ejército de EEUU y dañaría la cooperación en temas de seguridad global".
