Los presidentes de EEUU y Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvedev, firmaron ayer un "histórico" acuerdo de reducción de arsenales nucleares, el mayor pacto en su tipo entre los ex rivales de la Guerra Fría en 30 años.

Los mandatarios rubricaron en República Checa el acuerdo que suplanta al firmado en 1991 y que prevé la baja en un 30% del armamento atómico de ambos países en los próximos siete años.

Moscú y Washington poseen 2.200 armas nucleares y el nuevo acuerdo desciende esta cifra a 1.500. Según el documento, el armamento a reducir puede ser destruido o mantenerse sin capacidad nuclear.

Medvedev calificó al hecho como "histórico", mientras que Obama afirmó que se trata de un "hito importante", a la vez que anunció su intención de lograr la ratificación del acuerdo por parte del Senado de su país antes de finalizar el año.

La firma del acuerdo se realizó en el Castillo de Praga dos días después de que la administración estadounidense presentara su nueva estrategia nuclear, que deja de centrarse en las amenazas de la Guerra Fría y busca en cambio impedir la propagación de armas atómicas entre grupos extremistas o países que Washington considera peligrosos.