San Juan, 27 de noviembre.- El ejército de Brasil tomó cartas en un asunto que la policía parece no poder resolver: la lucha contra el narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro.
Conceptualmente equivalentes a nuestras “villas miseria”, aunque sustancialmente muy distintas, se calcula oficialmente que en las favelas viven 2 millones de los 6 que componen la totalidad de la población carioca.
Los medios reflejan el fuerte apoyo del pueblo de Rio de Janeiro, y del resto de los centros urbanos más importantes del vecino país, a la medida dispuesta por el presidente Ignacio Lula da Silva, de enviar a las fuerzas armadas a librar la batalla.
Lejos quedaron entonces las intenciones de “pacificación”, que contaban incluso con una fuerza denominada “Policía Pacificadora” para controlar las bandas narcotraficantes. Esto no tuvo ningún efecto.
La “tregua de carnaval” es una tradición de años entre fuerzas de seguridad, gobierno y narcos. Consiste en que las bandas se retiren de las calles durante la festividad para que los turistas sigan haciendo del Carnaval do Rio uno de los espectáculos más importantes, vendidos y redituables del mundo.
Esta vez algo ha cambiado. O las exigencias de las bandas han subido, o la cercanía del Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos han decidido al gobierno federal a realizar una de las “limpiezas” más profundas que se recuerden.
Los que se oponen a la medida insisten con el conocido argumento de que la violencia sólo genera una respuesta más violenta, y con el más acertado que destaca la cantidad de civiles e inocentes que mueren en estos operativos.
Una de las tapas titula “Tropas de Elite 3”, aludiendo a la tercera parte inexistente de las exitosas Tropa de Elite 1 y 2, películas brasileras que muestran el accionar policial en las favelas con un realismo crudo y sorprendente.
