En el medio del 4-0 a Arsenal y el 2-0 de anoche a San Lorenzo pasaron muchas cosas. El no festejo juntos Riquelme y Palermo por el gol récord del Loco. La conferencia del nueve sugiriendo que era uno u otro para la siguiente temporada y la posterior desmentida. La conferencia del diez explicando por qué no festejó junto al goleador ese tanto, de frente a la barrabrava de Boca, que supuestamente lo apretó al enganche junto al resto de sus compañeros hace dos semanas. La caída con Gimnasia en el Bosque y la bandera en el centro de la "12" apoyando al ex Estudiantes. Y ayer, con los dos de nuevo en la Bombonera, con la idolatría repartida de la gente por partes iguales, volvieron a darle una victoria al xeneize. Esta vez con abrazo de gol en el tanto del Loco, el 221 de su carrera en el club de la Ribera. Y como una picardía del destino, tal cual sucedió con el grito 220 de Palermo, con asistencia de Riquelme.
Minuto 24′ del complemento. Riquelme la amasa a la número cinco y mete el puñal al corazón de la defensa azulgrana. Palermo de zurda concreta la obra. Gol de Boca. Palermo corre hacia la cabecera opuesta a la "12", donde marcó el tanto, y Román va y lo abraza. Hay cara de póker de ambos, pero la foto para los diarios se concreta. Todos felices. La gente empieza por el diez la ovación y continúa en el nueve. En las tribunas, cuelgan casi por idéntica cantidad a cada uno de los trapos en favor de uno y otro.
Minuto 38′ de la parte final, Pompei decide sacar a Palermo y la ovación cae sobre sus espaldas. Uno de los que aplaude adentro del campo de juego es Riquelme.
Boca ganó otro clásico en este Clausura para el olvido. Como lo hizo ante River. De la mano de sus máximos ídolos, ésos que dividen el vestuario en partes iguales y por los que la gente pide renovación eterna. Los dirigentes también ya lo solicitaron. Son Riquelme y Palermo, quienes hicieron esperar, pero finalmente se dieron el abrazo de gol. Aunque más no sea trece días después.
