Cuando San Juan transita su sexto año de sequía y sufre una crisis evidente en el caudal de sus ríos, la oferta de agua subterránea también ha descendido, pero no a niveles críticos y aún está muy lejos de los peores registros históricos que sucedieron hace 43 años. En las zonas más complicadas, ubicadas en Chimbas, Capital, Rivadavia y Zonda; las napas han descendido hasta 8 metros entre diciembre de 2013 y diciembre de 2014, cuando en la última sequía grave -en los años 68 al 72- el nivel bajó allí hasta los 17,30 metros, según datos aportados por el Centro Regional de Agua Subterránea (CRAS). Las napas de los acuíferos descienden al no recibir recarga de los ríos y sufrir extracciones a través de los bombeos de las perforaciones para el agro y el consumo. Pero mientras la provisión de agua superficial sufre uno de los peores momentos, -el río trae 26 m3/s, una caída del 62% frente a los 60m3 de caudal en años normales-, bajo tierra la merma actual es de apenas un 1,3 por ciento respecto a los 600 a 700 metros de espesor del enorme acuífero con que cuenta San Juan. El dato cobra relevancia especialmente hoy en que se celebra el Día Mundial del Agua, establecido por Naciones Unidas para reflexionar cómo gestionar los recursos hídricos.
"’El descenso del agua subterránea preocupa, pero no es para alarmarse, no es el caso del agua superficial, que sí está en una situación catastrófica”, dijo Gerardo Horacio Salvioli, director del instituto nacional dedicado a la investigación integral de los recursos hídricos subterráneos, cuya sede está en la provincia. La causa de que en el actual ciclo no hayan descendido tanto las napas puede deberse a que ha disminuido sensiblemente el uso de pozos subterráneos, por sus altos costos y la baja de precios del agro, el sector que más los ocupa. Salvioli comentó que en la sequía de 1968 a 1972 se establecieron casi la totalidad de los 8.500 pozos registrados, debido a los altos precios e ingresos al sector agrícola y financiamiento blando disponible, de los cuales se calculan que hoy un 60 por ciento están abandonados. "’Según Energía San Juan en este momento hay menos de 1.000”, dijo Salvioli.
Riqueza
Pocos sanjuaninos conocen la riqueza abundante de los acuíferos subterráneos sanjuaninos. "’Así como la naturaleza fue muy mezquina con la provincia en lo que se refiere a recursos hídricos superficiales, fue muy pródiga en aguas subterráneas” y enumeró las grandes cuencas bajo tierra que tiene San Juan, de las cuales la principal es la del Valle de Tulum, seguida por la del valle de Ullum y Zonda, el valle Barreal-Calingasta y la de Jáchal, todas con gran cantidad de agua almacenada.
En las dos primeras cuencas subterráneas se radica el 85% del total de la superficie cultivada de la provincia, y el 94 % de la actividad económica. Ambas contienen nada menos que 660.000 hectómetros cúbicos (con sedimentos sólidos), según el CRAS; lo que alcanzaría para llenar hasta el tope a 1.833 diques de Ullum.
En el caso del acuífero Ullum-Zonda las napas se recargan cuando circula agua por el cauce del río San Juan, entre Punta Negra y el embalse quebrada de Ullum; mientras que el acuífero Tulum se recarga del agua que circula por el cauce del mismo río, entre Ignacio de la Roza y el puente de Albardón. En los últimos años ha escurrido muy poca agua por la crisis hídrica, por lo tanto la recarga a través del agua superficial ha sido extremadamente escasa, y eso se traduce en un descenso de niveles del caudal subterráneo.
De acuerdo a los últimos relevamientos realizados por el CRAS en diciembre 2014 las zonas donde mas bajó la napa en la medición interanual son Chimbas (-8 metros), Capital, Rivadavia y Zonda (-5 metros) donde ha disminuido la superficie cultivada pero concentra la mayor cantidad de pozos de agua potable (más de 70) de OSSE que bombean intensamente sobre todo en verano. Otro registro acumulado indica que entre los años 2011 a 2014 el descenso en Chimbas y Capital acumula 8 metros, mientras que en Pocito es del orden de 4 a 3 metros. En la zona oeste de Zonda y entre años 2000 al 2014 se registra un descenso de 8 metros, que pasa a 6 metros en la zona Este y 5 metros en la zona Sur, mientras que en Ullum llega a 3 metros la merma.
