A Miguel Montaño (35), la vida le puso todo un reto por delante el 10 de noviembre pasado, cuando su esposa de tan sólo 26 años murió repentinamente, meses después de una compleja operación del corazón, lo que decantó en que quedase solo frente al hogar con sus 4 pequeños hijos, de entre 2 y 12 años. Lo más angustiante para este joven albañil era que debía salir adelante, sabiendo de antemano que ya las "changas" que hacía recurrentemente no iban a alcanzar para la economía hogareña, por eso es que se encaramó detrás de un proyecto (ver aparte) del Gobierno provincial que brinda distintos tipos de herramientas para desarrollar Pymes familiares, y del cual Miguel fue finalmente merecedor hace un par de semanas, lo que le permitió armar una pequeña empresa que realiza trabajos de albañilería.
"Mi mujer antes de morir y estando internada en el Hospital Marcial Quiroga pidió ayuda a través de una cartita, sabiendo que iba a visitar el hospital el gobernador Gioja. Pedía que nos den algún tipo de ayuda, una mano definitiva. Ella falleció y creíamos que no había pasado nada con eso y hace un tiempo me llamaron y empezó el trámite, fue como que su última voluntad se estaba haciendo realidad, fue emocionante", contó con lágrimas en los ojos Miguel, que no quería que le den un plan social, sino una ayuda para trabajar en su oficio, que según sus dichos "es lo único que les puedo dejar a mis hijos para un futuro, otra cosa no tengo".
La aspiración máxima de Miguel es poder hacer de este emprendimiento familiar una forma segura que le permita educar a sus hijos: "Empecé con casi nada, luego tuve algunas herramientas para poder trabajar mejor y ahora con esto que me han dado voy de a poco agarrando trabajos. Entre la cooperativa y otros trabajos que salen, estoy muy feliz porque siempre tengo algo y eso es un ingreso extra que está ayudándome a afianzar la empresita. Yo sé que no va a ser fácil, pero todos los días estamos dando pasitos para progresar todos los días. Yo quiero que mis hijos puedan estudiar y hacerse su futuro, y para eso necesitan que el papá trabaje mucho para que puedan hacerlo", contó.
Si bien Miguel tenía algunas herramientas, le faltaban las principales, como la maquina hormigonera, la carretilla y palas, que fue las que recibió por parte del Estado y de la mano del propio gobernador Gioja. La mini empresa que armó con su hermano le está permitiendo salir adelante y permitir mantener en su casa del departamento San Martín a sus 4 chicos: Elías (2), Abril (3), Rodolfo (11) y Maximiliano (12). Pero nada es fácil para este hombre viudo, porque para poder salir a trabajar Miguel debe arrancar el día bien temprano, a eso de las 5.30 o 6 -contó orgulloso-, levantar a los chicos, alistarlos, desayunar y partir rápidamente a la casa de su mamá. "Mi vieja me los cuida, los manda a la escuela y prácticamente los cría, porque yo trabajo todo el día y vuelvo a la tardecita. Luego cuando llego me los llevo a mi casa y ahí comemos todos juntos en familia, aunque no es fácil quedarse solo en la vida y seguir como si nada hubiera pasado, pero es lo que nos tocó", explicó el albañil.
