Los errores se pagan. Y más en el fútbol cuando hay tanto en juego en el presente de Sportivo Desamparados que había tomado aire en San Luis pero que se quedó ahogado en su propia impotencia en Córdoba donde Racing -sin ser mucho más- no le perdonó las facilidades que le regaló y terminó venciéndolo por 2-0. Dolió en Sportivo porque lo terminó perdiendo en el primer tiempo. Porque fue en ese lapso donde hizo mejor las cosas pero se equivocó mal y lo pagó. Errores que condenan a cualquiera y más cuando la reconstrucción está en marcha.
En el comienzo, Racing apuró pero Sportivo se acomodó bien en la cancha y puso todo en paridad. Pero a los 12′, de una duda defensiva de los dos centrales sanjuaninos, nació la innecesaria infracción sobre Riaño que Mauro Velardez cambió por gol con un tiro libre a la derecha de Luis Mingolla. Primera llegada, primer gol. Negocio redondo para la Academia cordobesa que sin hacer mucho, estaba al frente. Desamparados reaccionó. Se agrandó y desplegó su mejor cara de la mano de Hernán Lamberti. Claro, le faltó pimienta arriba pero así y todo estuvo cerca del empate con una jugada del propio Lamberti debajo del arco. Y claro, en ese trámite, Racing volvió a explotar otro error sanjuanino porque a los 28′, Riaño apuró a los zagueros de Sportivo y definió de emboquillada ante Mingolla. 2-0 y a remontar una historia que ya era complicada en la previa pero que por errores, se complicó más.
Sportivo se lamió las heridas. Fue al frente con lo que le quedaba y con Lamberti y Sosa estuvo a milímetros del descuento. No pudo ser.
En el complemento, Desamparados ya no fue el mismo. Mantuvo la actitud pero se quedó sin fútbol. Fue voluntad, ganas. Racing hizo la suya. Se replegó más y esperó la contra para liquidarlo. No le salió.
Desamparados buscó reacción con los cambios y defendiendo ya con tres pero siguió adoleciendo de la potencia en ataque para al menos descontar. Franco Gizzi exigió de cabeza y Del Olmo respondió con categoría. Más tarde. Romero estrelló un remate en el travesaño. Llegaba y no podía. El tiempo hacía lo suyo y Racing, con uno menos por la expulsión de Velardez, se limitaba a cuidar un triunfo que en las cifras tiene el color de la exageración pero que se justificó en su capacidad para aprovechar los errores de Sportivo.
