El Alzheimer avanza en el mundo y preocupa a los científicos debido a las proyecciones estimadas para los próximos años. Tanto es así que en San Juan se calcula que hay más de 7 mil casos de esta enfermedad en personas mayores de 65 años y habrá unos 15 mil en el año 2020, de acuerdo con las estimaciones realizadas por el doctor e investigador del Conicet en Alzheimer, Martín Bruno. De todos modos no es cuestión de ver sólo la parte más dura de esta realidad sino también los avances médicos que permiten determinar si una persona tiene predisposición a padecer este mal, y en caso de ser así tomar las medidas preventivas para retrasar su aparición, algo impensado hasta hace poco tiempo.
"El primer punto es desechar la idea de que el Alzheimer comienza cuando se manifiestan los primeros síntomas de pérdida de memoria, ya que cuando esto sucede la enfermedad está instalada desde hace 5 o 10 años"", indica Bruno quien junto a la neuróloga María Eugenia Fracaro y la psicóloga especializada en neuropsicología, Luciana Vita, además de un equipo interdisciplinario, trabajan para brindar asistencia con estándares internacionales para los enfermos y sus familia.
Lo primero que hay que saber es que del total de demencias que se producen después de los 65 años, el 60 por ciento es Alzheimer por lo que el diagnóstico acertado es fundamental para su tratamiento. Por tratarse de una enfermedad multifactorial, los profesionales que están a la vanguardia de los últimos adelantos científicos, saben que se deben realizar una variedad de estudios que van desde diagnósticos por imagen, exámenes clínicos, evaluaciones cognitivas, entre otros que determinaran el grado de avance de la enfermedad.
No obstante, estos mismos equipos médicos son los que pregonan que lo correcto es prevenir el mal en edades más tempranas y así evitar llegar a instancias traumáticas no sólo para el enfermo en el primer estadío, sino también para su entorno familiar, sobre todo para quienes deciden hacerse cargo en forma directa.
"Cuando una persona sufre Alzheimer, toda la familia padece la enfermedad. Las personas que están a cargo, normalmente cónyuges o hijos, ven muy restringido su tiempo libre y el resto del núcleo familiar siente inquietud, miedo y hasta rechazo por el familiar enfermo. La familia debe enfrentarse a múltiples problemas diarios como pueden ser el sueño nocturno, la incontinencia, el cuidado personal y la alimentación"", indica Bruno.
Gran parte de estos problemas podrían prevenirse si la población se realizara un diagnóstico a partir de los 55 años aproximadamente, sobre todo aquellos que tienen antecedentes familiares y pueden tener una predisposición genética.
Para ello se realiza un estudio de una lipoproteína llamada ApoE 2, 3 y 4, y si el resultado es 4, indica que el paciente tiene muchas probabilidades de tener Alzheimer en el futuro, ya que la ciencia detectó que está directamente relacionado con la enfermedad por explicarlo de una manera llana y sencilla.
En ese caso se comienza con planes de alimentación con nutricionista, ejercicio físico, actividades para mantener la salud mental, entre otras indicaciones que darán los profesionales.
"Lamentablemente lo último que se comienza a perder es la memoria por eso es que no hay que esperar el síntoma. De hecho en los países desarrollados se llevan a cabo campañas de concientización para prevenir porque cada vez son más altas las expectativas de vida y por ende las expectativas de este tipo de enfermedades que son muy costosas en todo sentido. Otro tema a resolver es el de las obras sociales que una vez detectada la enfermedad no siempre autorizan todos los estudios en los meses requeridos, incluso algunos no los cubren"", indica Bruno.
Otro factor importante en la prevención y detección de la enfermedad es la participación de profesionales de la psicología especializados en neuropsicología. Luciana Vita, es una de ellas, quien a través de evaluaciones cognitivas que se realizan por derivación del médico clínico o del neurólogo, realizan un diagnóstico fundamental para determinar tendencias o la enfermedad en sí.
"Estos estudios ayudan al diagnóstico y deberían hacerse de rutina porque también permiten detectar la enfermedad muchos años antes de que aparezca. Si bien no son determinantes, ayudan a advertir si existe algún problema y aportan al resultado de otros estudios para realizar un diagnóstico certero"", indica Luciana.
Esto permite seguir sugerencias para compensar lo que no está funcionando bien y así mejorar la concentración, mantener la actividad física y mental, mejorar la rutina diaria, incorporar actividades deportivas, entre otras cosas.
La familia
Si la enfermedad ya ha sido detectada también es muy importante el trabajo con la familia porque es la que sufre el gran impacto. Actualmente se estila realizar talleres de memoria en la que participan las personas enfermas, pero también se convoca a la primera y a la última charla a los familiares a cargo para que puedan incorporar ciertos hábitos y, sobre todo, que entiendan lo que hará el paciente.
"A la familia se le recomienda que el enfermo no tenga grandes cambios, ni de casa, ni de muebles, ni de cosas que lo conectan con su propia historia. Por supuesto que la contención es fundamental, pero siempre hay una persona que asume la responsabilidad y es con quien también hay que trabajar porque el desgaste es muy grande. Lo último que se recomienda a la familia es la internación en un geriátrico o donde fuere, pero claro que cada una sabe que determinación tomar. El amor, el afecto es muy importante"".
No obstante muchos de los enfermos termina en geriátricos debido a que su familia no puede hacerse cargo o bien está sumamente desgastada.
La rehabilitación cognitiva es una de las nuevas técnicas que se aplican una vez hecho el diagnóstico y en esto la familia también es un aporte fundamental.
Más allá de los avances impresionantes que muestran los números a nivel mundial, hay que tener claro que es posible la detección precoz de la enfermedad y su tratamiento para intentar una mejor calidad de vida a través del tiempo.
