¿Qué es el amor verdadero? Tal vez encontremos una respuesta en esta definición sobre en qué consiste el amor verdadero: sería la combinación de deseo, ternura y amistad.
Una pareja se une por la presencia de estos tres elementos y sus momentos de felicidad se deben al equilibrio de estos mecanismos psicológicos. Cada uno de estos factores es una parte primordial de lo que conocemos como "Amor Verdadero".
El deseo es el enamoramiento, el amor pasional. Es el que te hace sentir "loca de amor"; es un amor que duele y se relaciona con lo erótico y lo sexual. La amistad es compartir, preocuparse por el otro, estar juntos en buenas y malas situaciones. Y la ternura es lo grato, el mimo, la no violencia.
Esta fórmula parece ser bastante efectiva, pero no fácil de lograr. Cuando algún elemento falta, el sentimiento es de decepción e insatisfacción.
Lo cierto es que a menudo las parejas se unen por alguno de estos ingredientes, generalmente el deseo, con ausencia de los otros dos y entonces cuando el deseo se evapora se termina la pareja.
El amor verdadero asegura la pasión, el afecto y la comprensión, y evita los celos y el control, por eso dura más tiempo y produce más placer.
Es el amor el que produce energía, dan deseos de luchar y de cambiar, además conforta en todo momento.
Para no equivocarse, lo ideal es ir tranquila sin estar desesperada por encontrarlo y es ahí cuando entonces aparece. Y recuerda que cuando el amor aparece produce alegría y paz, si trae problemas y llantos no es amor de verdad.
El verdadero sentido de amar
El amor va más allá de meras relaciones de pareja, es un concepto más trascendental al comprender en realidad al amplio abanico de las relaciones humanas.
La palabra amor trasciende el ámbito de las afinidades pasionales y de afecto entre dos personas, en la que las costumbres y tradiciones imperantes la han circunscrito. Pues existe amor a un deporte, a la profesión, a los amigos, a los padres, a los hijos, a otros familiares, al prójimo, a Dios, etc.
El significado de amor se suele concebir como afecto, afinidad y complemento entre dos o más seres, a partir de lo cual se suscitan una serie de emociones, experiencias y actitudes que determinan finalmente la calidad y durabilidad del trato existente. Llega incluso a comprender relaciones entre seres con cuestiones inmateriales como trabajo, patria, deporte, entre otros.
Pero la apreciación científica, filosófica, religiosa, artística, política, sociológica, entre otras disciplinas que han rodeado siempre a la palabra, ha determinado que no sea extraño asociarla con una diversidad de usos y significados que han hecho tarea algo difícil definirla de modo consistente.
El acto más grande de la vida
El instinto de amar no es una entelequia, (término filosófico "tener el fin en sí mismo", que definió Aristóteles), no es una idea filantrópica, el deseo de amar es una necesidad del ser humano que satisface buena parte de sus expectativas en la vida y lo integra en el mundo, dando expresión a sus cualidades más positivas. Amar es el acto más generoso, aunque pueda trasformarse, en algunas ocasiones, en el más egoísta de los sentimientos hacia el otro.
Cuando existe el amor entre dos personas se generan dos clases de sentimientos diferenciados, aunque el uno necesite del otro para ser completo. Al amar se satisface un ansia, un deseo de prodigar ternura y constituye una clase especial de realización. Ser amado sacia otra necesidad, el deseo individual de ser querido y apreciado.
Si amar constituye una clase especial de realización, ser amado es la recompensa que se le otorga. Estos dos sentimientos pueden existir independientemente, deben ser diferentes y es necesario diferenciarlos.
Amar significa anhelar a alguien y la satisfacción de ser objeto de la ternura que otra persona tiene, sobre todo, el carácter de halago del yo y se relaciona con el sentimiento de la vanidad satisfecha, del orgullo complacido, aumenta la valoración de uno mismo.
El amor es una emoción que se desarrolla a edad temprana. Cuando es positivo, constituye la base de los logros humanos y es el germen de la tolerancia, el autosacrificio, la amistad y muchas otras manifestaciones que posteriormente pueden disfrutarse y ayudan en las relaciones sociales. Así se manifiesta el amor de padres a hijos, incondicional, en busca de la máxima realización personal, donde el éxito es crear buenas personas capaces de enfrentar todas las adversidades de la vida.
Usado negativamente y cuando se dirige hacia uno mismo, se trasforma en vanidad, egocentrismo y orgullo; distorsionado se puede trasformar en odio y unido al miedo en celos.
Dentro de una relación de pareja y en las relaciones de padres a hijos, no sólo amar y ser amado es el alimento que proporciona satisfacción, también se busca la protección y la ayuda mutua, la confianza y la seguridad, sobre todo cuando ya se ha cumplido una edad madura en la que el sexo pasa a un segundo plano y se anhela, sobre todo, la estabilidad presente y futura.
Los secretos de una pareja exitosa
Para amar es necesario que sean dos y en el amor tiene que haber una elección, tal vez la más importante de todas, pues con esa persona compartiremos las responsabilidades de la vida, la casa, los hijos y nuestras penalidades y alegrías.
Esta elección se puede realizar de dos formas, una puramente racional u otra emocionalmente intuitiva.
Existen dos clases de amor: Amor de compañeros, que es una amistad amorosa entre un hombre y una mujer, basado en el afecto, la confianza, respeto, lealtad y conocimiento íntimo mutuo; y amor apasionado, que se caracteriza por su estado emocional salvaje, en el que se genera confusión de sentimientos. Hay ternura y sexualidad, júbilo y dolor, ansiedad y descanso, altruismo y celos. El amor apasionado es limitado con posibilidad de resurgir a veces.
