La constante demanda por parte del turista de conocer más del sitio que visita, hace que los destinos turísticos amplíen las opciones. En San Juan, hace unos años se comenzó a hablar turísticamente sobre el terremoto del 44, que destruyó nuestra provincia, y por ello se produce una valoración del patrimonio construido que resistió aquel sismo. En este sentido hubo un redescubrimiento de la importancia del turismo cultural, en lo que se refiere a lo edificado, al perder la ciudad de San Juan con el sismo el 90% de sus edificios. Fue así que el gobierno fue declarando patrimonio aquellas construcciones que resistieron, las que por su escasez son muy valoradas por la comunidad.
Estas expresiones culturales tangibles son, a su vez, intangibles porque son el sentimiento de una comunidad, por lo que la toma de decisiones como la implementación de alguna actividad y proyectos oficiales requieren del consenso y acompañamiento de los ciudadanos.
La Dirección de Cultura de la provincia, como las municipales deben trabajar sostenidamente en este sentido, a todo nivel, porque cada sitio o espacio tienen una carga simbólica importante. Rescatarlos y recuperarlos brinda la posibilidad de que vuelvan a ser referentes de pertenencia y que vuelvan a integrar la herencia cultural de su historia.
Como expresa la Unesco en ‘La Carta de Venecia+ las obras emblemáticas de cada pueblo son portadoras de un mensaje espiritual de su pasado y el testimonio vivo de sus tradiciones.
En el contexto global se establecen procesos en los que los estados provinciales se entremezclan con actores sociales, tanto de origen político, entendidos en el tema de construcciones culturales o económicas, con sus respectivas probabilidades de poder, identidad e influencia.
Haciendo memoria con la planificación de la nueva ciudad, por ejemplo, hubieron edificios que soportaron el evento sísmico y por mucho tiempo siguieron cumpliendo con su función tales como el Cine Cervantes, el Club Español y el Palacio Episcopal, y los edificios bancarios de General Acha y Mitre, que por la nueva planificación de la ciudad moderna por los años 60/70 fueron demolidos. Posiblemente en aquellos momentos el pueblo sufría aún el impacto del sismo y buscaba la otra ciudad.
Luego de estas consideraciones voy a referirme al tema que me preocupa: El galpón o andén de la estación San Martín.
Ante el impacto que produce por el contacto del foráneo con el patrimonio es imprescindible que un sitio se transforme en un lugar veraz de interpretación del mismo a ese espacio, en este caso el El andén de la estación San Martín, ofreciendo respuestas válidas y así potenciar la demanda que constituye el paisaje cultural.
Hoy más que nunca hablamos de desarrollo, pero el mismo debe responder a los verdaderos valores de los pueblos, manteniendo su identidad, conservando su historia y a la vez insertándose en el mundo. Otro desafío es no tender a la descontextualización de los espacios, se debe tratar de evitar cualquier forma con fines políticos o comerciales.
En octubre de 1882 se constituye en Londres la compañía ‘Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico” que había comprado los derechos de la concesión otorgada. Este ferrocarril de propiedad del Estado continuó expandiéndose; en 1882 llegó hasta la capital de San Luis y en 1885 hasta Mendoza y San Juan; quedando unidas entre si las tres provincias cuyanas con la ciudad de Rosario.
En el 2000 se desafectan de la concesión otorgada por Dto 41/93 uso ferroviario, ramales, inmuebles de la ex Línea Gral. San Martín. Se transfieren dichos inmuebles a la Provincia de San Juan, con cargo de ser afectados exclusivamente a uso público. Y quedaron como testimonio del pasado, del recuerdo para algunos y de relatos para otros, lo que fue viajar en tren: alegría, lagrimas según fuera el destino del viaje y el silbato de partida del tren en el andén.
Hoy sin tener en cuenta el sentimiento y derechos de posesión que tiene un pueblo sobre determinado sitio deciden, en parte, destruirlo porque ‘no acompañan al modernismo+ según me respondieron ante mi consulta.
Pero es una sentencia desafortunada además poco grata a los recuerdos e historia de nuestro querido San Juan.
En San Juan, la Estación que fue afectada por el terremoto del 44 y sobrevivió algunos de sus sectores y que en la actualidad es conservada como lugar cultural donde se desarrollan actividades.
En una de estas estructuras, las que fueron con el tiempo remodeladas, con muy buena idea se conforma en dicho sitio el ‘Museo de la memoria urbana+.
Si bien un nuevo proyecto prevé el traslado de este museo a otro sitio hay que tener en cuenta que la estructura original del anden es parte de nuestra memoria colectiva e histórica, por lo que debe conservársela.
Espero que se recapacite sobre esta ‘modernidad’ que quieren imponer al espacio que corresponde al andén de la estación.
