Nos acercamos a un nuevo 11 de septiembre en el que recordamos a nuestros docentes en su día. Frente a lo que diariamente ocurre en las escuelas, donde son cuestionados, deslegitimados, desautorizados e incluso agredidos, surge la reflexión ¿quién cuida a nuestros docentes? ¿Quién cuida a los que educan a nuestros hijos?. ¿Qué hacemos desde las distintas instancias para apoyar su trabajo? ¿Sólo nos acordamos de ellos para el Día del maestro?

A nadie escapa el alto valor que siempre tuvo la tarea de educar, aunque hoy parece estar desvalorizada. A nuestros docentes hoy se les pide que se "hagan cargo" de todo lo que deberían hacer los diferentes órganos del Estado y las familias.

El desgaste que sufre el docente frente al aula se traduce en el aumento de las enfermedades de tipo sicológicas que se viene dando. Sólo quien está frente al aula sabe lo que esto significa hoy en día. Esto se produce también por la necesidad de contar con nuevas herramientas para su labor. A nadie escapa que los chicos de hoy han cambiado y se requieren nuestras estrategias de las que aún no se puede dar cuenta acabadamente.

Desde algunas familias se pide a la escuela que haga lo que ellas no pueden hacer. Se pide al docente que forme ciudadanos capaces de dialogar, de escuchar, de respetar al otro y diariamente vemos cómo el diálogo es el gran ausente pese a la necesidad de consensos para salir del lugar en que nos encontramos como sociedad.

Desde las autoridades muchas veces se deslegitima su accionar y su autoridad, desautorizando sus decisiones ya sea anulando sanciones, separando del cargo sin fundamentos u "ordenando" mesas especiales de exámenes, entre otras situaciones.

Cuidar a nuestros docentes es responsabilidad de todos. De los propios docentes apoyándose mutuamente en las instituciones y ocupándose de aquello que le es propio de su función y del Estado, revalorizando el rol docente.

En algunos estados provinciales hace años existían gabinetes sicopedagógicos que estaban a disposición de los docentes. Hoy, con una realidad mucho más compleja en muchos lugares no hay nada, sólo hay "parches" que se "sacan de la galera" cuando algo grave pasa.

Por su parte los órganos competentes del Estado deben hacerse cargo de la problemática social que les corresponde para que se establezcan verdaderas redes para contención de las familias y los niños y cubrir sus necesidades básicas.

Si entendemos que todos, padres, docentes, Estado y sociedad estamos del mismo lado, tendremos mejores chances de guiar el barco de la educación de nuestros hijos en el sentido correcto.