El partido estaba previsto para las 17 horas. Sin embargo, el partido se demoró 50 minutos porque el árbitro y sus ayudantes no llegaban al estadio. Cuando la dirigencia lechuza se contactó con ellos, Héctor Sosa explicó que desde el Consejo Federal les designaron el partido a las 22. Cuando el remis en el que venía el referí entró al estadio se llevó todos los insultos de la gente Lechuza que no sólo estuvo molesta por la demora, sino que también le recordó el polémico partido que dirigió entre Alianza y San Martín, donde al Chacarero le cobró dos penales a favor. El tiempo de espera sirvió para que los jugadores prolongaran el calentamiento previo. Por suerte el árbitro tuvo un buen desempeño durante los noventa minutos de partido y eso disminuyó los insultos que son habituales a la mayoría de los jueces en la cancha de Alianza.
