Entre la decena de candidatos a la presidencia francesa se encuentra un argentino, que nació y vivió en Buenos Aires hasta los 18 años y que sorprendió a todos por haber logrado inesperadamente validar su candidatura y sus propuestas.

Se trata de Jacques Cheminade, del partido Solidaridad y Progreso, sobre quien pesa un halo de misterio en torno a su figura, a sus apoyos y a muchas de sus excéntricas propuestas. Durante la campaña relacionó a la Corona inglesa con el narcotráfico y sostiene que el gobierno del presidente francés, Nicolás Sarkozy, es ‘una derecha oportunista financiera’.

“Misterioso”, “conspiracionista”, “ovni político” son algunos de los calificativos utilizados por la prensa francesa, que se pregunta por el halo sugestivo que rodea la financiación de su campaña e incluso algunos medios insinúan que su partido funciona como una secta.

“Se han ensañado conmigo porque ataco a la City y Wall Street, dos grandes lavaderos de dinero sucio del mundo’, se defiende.

Nacido en Belgrano R, pero “por ser alguien del medio de la burguesía comercial industrial en que estaba mi familia, viajé mucho y conocí bien el país”, explica antes de reconocer que ya no le quedan amigos en la Argentina pues hace 40 años que no regresa al país.

Al regresar a Francia, Cheminade cursó los estudios clásicos para convertirse en un alto funcionario francés.

A comienzos de los ‘70 obtuvo un puesto como representante comercial francés en Nueva York, donde conoció al hombre que influyó en su vida: el millonario estadounidense Lyndon LaRaouche, un defensor de la teoría del complot, condenado a prisión por evasión fiscal.

Hace un mes, cuando pocos lo esperaban, Cheminade sorprendió al obtener por segunda vez -ya lo había logrado en 1995, los avales para su candidatura, 500 firmas de algunos de los 47.000 alcaldes y otros cargos electos.

Entre las propuestas de este autodefinido ‘gaullista de izquierda’ se destacan algunas tan disímiles como llamativas: abandonar el euro como moneda y crear la moneda ‘euro-franco politécnico”, la salida de la OMC y del FMI y la colonización de la Luna y Marte, lo que le valió ser el centro de las bromas en las emisiones satíricas televisivas. “No entiendo cómo puede resultar gracioso. Se trata de pensar en las generaciones futuras, pensar el mundo de mañana a largo plazo”, se justificó. Fuente: Télam