Esto no es una conclusión que se basa en anécdotas aisladas provenientes de la isla, sino el resultado de un bien documentado estudio que acaba de dar a conocer la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, el grupo no gubernamental más antiguo y respetado de monitoreo de los derechos humanos en la isla.

De acuerdo con la Comisión, las detenciones políticas temporales han aumentado de un promedio mensual de 718 casos el año pasado a uno de 1,105 durante los primeros seis meses de este año. El número de detenciones políticas se elevó especialmente antes y después de la visita del presidente Barack Obama en marzo.

Durante los primeros seis meses de este año, hubo 6.753 detenciones políticas temporales en Cuba, que si continúan al mismo ritmo casi duplicarían el número del año pasado, con 8.616 detenciones políticas temporales, y las 2.974 en 2010. Además del aumento de las detenciones temporales, la cantidad de opositores pacíficos que han sido sentenciados a cumplir largas penas de prisión o enviados a campos de trabajo durante el pasado año se elevó de 70 a más de 100, dice la Comisión.

‘La situación de los derechos políticos y civiles ha empeorado durante el año pasado, no hay duda de eso”, me dijo el fundador de la Comisión, Elizardo Sánchez. ‘En términos de la política doméstica [de Cuba], el establecimiento de relaciones no ha tenido ningún impacto positivo”. Sánchez agregó que ‘después del discurso de Obama en La Habana, que fue my bueno, el gobierno comenzó una campaña de descrédito del presidente Obama que comenzó el propio Fidel Castro. Ellos quieren borrar el recuerdo del discurso de Obama de la memoria de los cubanos, y continuar mejorando sus lazos con el exterior mientras mantienen un puño de hierro a nivel interno”.
José Miguel Vivanco, director regional del grupo Human Rights Watch, coincide en que no ha habido mejorías en los derechos humanos en Cuba desde que el país reabrió su embajada en Washington el 20 de julio del 2015. Pero Vivanco, quien apoya la normalización diplomática y el levantamiento del embargo comercial sobre Cuba, me dijo que ‘Ni la apertura de embajadas ni el eventual desmantelamiento del embargo cambiarán la naturaleza del régimen o traerán mejorías en los derechos humanos en Cuba. Sólo una fuerte y efectiva presión de los países democráticos de la región y de afuera lograrán eso”.

Mi opinión: Estoy totalmente de acuerdo. Es hora que Obama y las democracias de América latina terminen los festejos sobre la normalización de relaciones entre EEUU y Cuba. Eso ya es una noticia vieja. En cambio, es hora de que empiecen a denunciar la falta de libertades básicas en la más antigua dictadura militar de la región (por si a alguien le quedan dudas, el gobernante Raúl Castro es un general del ejército en actividad, y su gobierno hereditario no ha permitido elecciones libres en casi seis décadas).

No hay excusas para que Cuba aumente la represión política en momentos en que Obama está desmantelando lo que queda del embargo de Estados Unidos a la isla, permitiendo que cruceros y vuelos comerciales estén llevando a decenas de miles de estadounidenses el número de turistas de EEUU aumentó en un 84% en los primeros seis meses de este año y que se abra el primer Hotel Sheraton en La Habana.