Casi sin fútbol. Sin nada de lujos pero con lo más necesario, la efectividad. Ese fue el gran factor para que Peñarol se quedara ayer con el triunfo sobre Arbol Verde por 1 a 0 en lo que fue el arranque de la 18va fecha del Oficial de fútbol doméstico. El Bohemio no lució como en otras oportunidades, pero logró quedarse con el triunfo que le permitió seguir siendo el único puntero del torneo y además, estirar la diferencia a cinco unidades sobre su principal perseguidor Del Bono, quien también ganó en la jornada de ayer.
El encuentro fue demasiado trabado. Típico de los clásicos barriales donde la rivalidad crece cuando la cercanía entre ambos escenarios es escasa. Las faltas innecesarias entre los jugadores hicieron subir la temperatura de la tarde sabatina. El primer tiempo pasó sin pena ni gloria, con dos equipos que intentaron más de lo que pudieron llegar a concretar. Recién en la segunda parte vino lo mejor. En el arbolino ingresó Jorquera para darle mayor peso ofensivo que por momentos lo consiguió. El delantero tuvo su chance a los 12, cuando con su remate exigió la estirada de Sambor, que llegó con lo justo para ahogarle el grito. Ahí Peñarol se despertó y a los 13 contestó. Miguel Molina encaró al gol, ni Aguero y tampoco Riveros pudieron con la marca, Molina trastabilló y ante la salida de Marota, definió cruzado y abrió el marcador. El arbolino, a pesar de las expulsiones de Avila y Mallea, siguió intentando pero nunca llegó a lastimar.
El Bohemio ya comenzó a sentir el peso de la pretemporada que lleva a cabo y el trajín de los partidos. Por eso el triunfo fue un premio mayor por lo demostrado en la cancha.
Lamentablemente, en el final llegó lo que ya es una costumbre, a pesar de que el encuentro se jugó sólo con público local, los disturbios e incidentes igual se presentaron en las adyacencias.
