Para que el color de la carrera fuera ideal, el Gobierno de Mendoza ofreció un gran operativo policial que mantuvo cortadas todas las intersecciones por donde circulaban los ciclistas. Por otro lado, la baja temperatura fue un factor importante para que la gente, en una competencia en horario matutino, apareciera recién sobre la hora de carrera, aunque igual adornaron la fiesta.
La caravana comenzó a transitar por el acceso en Mendoza y al pasar por la costanera el público, poco, asomaba para ver cómo se perfilaba la tan esperada carrera del la Etapa Argentina del Tour de France. Pero en cada cruce que había en el trazado de la competencia, un policía apostado en el lugar cortaba la calle con anticipación y no dejaba que los vehículos se quedaran a un costado de la calzada, sino que saliera del lugar de circulación.
Es que eso era necesario, porque con tantos pedaleros en calle cualquier detalle que se escapase podía causar algún inconveniente. Pero eso no fue todo, ya que en distintos puntos la policía motorizada escoltaba a los competidores más de un kilómetro adelante y misma distancia hacia atrás. Todo un lujo el operativo. Y con dos helicópteros en el aire.
La asistencia de la gente en la carrera no fue la deseada al comienzo, pero luego, al ir pasando los minutos y transitando por los distintos departamentos la gente le fue dando calor a la mañana por demás fría que hizo en la primera jornada.
El primer pico grande de concentración fue casi cuando los pedalistas llevaban una hora arriba de la bicicleta, llegando a la zona de Las Compuertas en Luján, donde la gente esperaba el paso ansiosa y con cámaras de distintos tipos, hasta con netbook para poder filmar.
El otro punto clave de gente se dio en Maipú, pero el más impactante fue en Palmira, ya que en el Teatro Griego del Bicentenario, existe un museo de trenes en el que la gente aprovechaba los viejos vagones restaurados para subirse y sacar la mejor postal de los pedalistas.
Mendoza vivió el Le Tour, y le puso todo el color.
