Argentina dio ayer por superado el mayor cese de pagos de la historia al anunciar una adhesión del 66% al nuevo canje de bonos en mora desde 2001, un nivel de aprobación que acota el margen de acción de los fondos de inversión especulativos, aunque no le abriría de inmediato el mercado de capitales por la crisis de la zona euro.

La presidenta Cristina Fernández celebró el nivel de adhesión alcanzado, que sobrepasa la meta de 60% que se había fijado el Gobierno por lo que afirmó que "el 23 de junio es el día del desendeudamiento argentino, internacional y nacional".

En este segundo tramo ingresaron 12.067 millones de dólares en bonos, sobre un total de 18.300 millones lo que representa el 66%.

Se trata de deudas en manos de acreedores privados, institucionales y minoristas que habían rechazado un canje concretado en 2005, por el que se reestructuraron bonos impagos por 81.800 millones de dólares, con una rebaja del 65,4%.

Si se consideran ambos canjes, Argentina logró un nivel de adhesión global del 92,4% con una rebaja del 65 por ciento en promedio para refinanciar una deuda que inicialmente era de unos 102.000 millones de dólares, entre capital e intereses.

De todos modos, y de acuerdo con lo indicado por el ministro de Economía, Amado Boudou, el porcentaje se incrementa si se descuenta del total de bonos que se podían canjear los alrededor de 4.500 millones de dólares que están en manos de los denominados fondos buitres, que manifestaron su intención de continuar por la vía judicial en procura de cobrar el 100% del valor de los títulos. "Si se sacara a los fondos buitres, el total de ingresos (al segundo tramo del canje) ascendería al 87,5%", expresó el jefe de la cartera económica. Boudou señaló que ingresaron al canje la totalidad de los tenedores de títulos mayoristas, el 75% de los bonistas italianos, donde de concentraba la mayor cantidad de poseedores minoristas de títulos defaulteados, y el 36% de otros tenedores minoristas. El titular del Palacio de Hacienda aseguró que con el canje -incluyendo los dos tramos- se logró "una caída del 75,06%" de la deuda nominal que la Argentina había emitido y luego defaulteado".

"Estos números superan holgadamente las expectativas que nos habíamos planteado", subrayó Boudou, quien hizo hincapié en que "el porcentaje de aceptación global (92,4%) permite mirar con mucho optimismo el cierre de esta etapa".

Boudou, al momento de ponderar la propuesta, puso como ejemplo a los 600 millones de dólares de los denominados retenders (bonistas que participan por segunda vez del canje) que "ingresaron en este etapa y luego solicitaron la no inclusión argumentando que lo hicieron por error".

"Esto significa que nuestra propuesta era peor para los bonistas y mejor para nuestros intereses", explicó.

En cuanto a la cantidad de presentaciones, señaló que "hemos superado en un 10% lo que esperábamos", aclarando además que "ingresaron el 100% de los tenedores mayoristas, el 75% de los minoristas italianos y el 36% del resto de los minoristas".

En tal sentido, Boudou añadió que "el hecho de que no haya ingresado ningún fondo buitre significa que la propuesta está lejos de ser un regalo y vemos cómo estos fondos actúan de mala fe no sólo con la Argentina sino con el resto de los acreedores".

"La carga adicional del canje para el año que viene rondará los 365 millones de dólares, en tanto que será de 371 millones de dólares para el 2012", remarcó.