El juez de Instrucción Guillermo Adárvez sobreseyó y liberó ayer al carnicero Alejandro Ortiz (42), sospechado de matar en un enfrentamiento con cuchillos a un vecino de su local comercial, el exconvicto Nelson Benito Ibaceta Pérez (37). El magistrado entendió que el comerciante tuvo una causal de justificación: la legítima defensa de su vida y la de su mujer, a quien Ibaceta pretendía robarle dinero amenazándola con un cuchillo que tomó de la verdulería y también con su perro Pitbull, dijeron fuentes judiciales.
Todo pasó la mañana del sábado 7 de diciembre pasado en el local que Ortiz tenía en Benavídez metros al Este de Paula A. de Sarmiento, en Chimbas. Ese mismo día, familiares y conocidos del fallecido le quemaron la camioneta Fiat 125 y la casa al comerciante en Villa del Valle, Capital, y la moto de un tío de la mujer que llegó con un vecino con intenciones de rescatar algunas cosas. Ese sería el inicio de una terrible persecución contra la familia del comerciante (mujer y 8 hijos), con graves amenazas de muerte que hasta el día de hoy los obliga a esconderse. ‘Es uno por uno’, les dijeron.
¿En qué pruebas se basó el magistrado para tomar su decisión? en la versión del propio Ortiz, en la de su señora, en la del empleado de la verdulería y la de un cliente. Y otros testigos, como uno que lo vio ebrio y con un cuchillo al fallecido antes de que se metiera a la carnicería (a las 6 de la mañana) y la de personal del hospital que le sacó ese cuchillo del pantalón cuando intentaron salvarle la vida, sin éxito.
Según las fuentes, los relatos de los testigos claves coincidieron en la siguiente secuencia: Ibaceta llegó con su perro, tomó un cuchillo de la verdulería, le exigió plata a la mujer del carnicero que preparaba comida. Y al saber de esa maniobra el comerciante se interpuso con otro cuchillo, recibió varios cortes en un brazo antes de que ambos se trenzaran en un forcejeo y cayeran en la verdura, arrastrando en su caída al cliente.
Según fuentes judiciales, el carnicero reveló que el propio Ibaceta murió porque, al caer, se clavó en el abdomen el cuchillo que el comerciante empuñaba y los testigos apoyaron esa teoría. Por eso el defensor Adrián Riveros había pedido al magistrado que lo desligara del homicidio, precisaron las fuentes.
