En la madrugada del 27 de junio de 2004, el caucetero Claudio Rodríguez (entonces 25 años, padre de dos nenas) era detenido por ebriedad y desorden en un boliche de Media Agua, Sarmiento. En teoría, una falta simple que le hubiera permitido recuperar su libertad. Pero esa noche Rodríguez no saldría vivo de los calabozos de la seccional 8va.: murió asfixiado y quemado sobre un colchón, donde supuestamente asentó un cigarrillo encendido. Seis años después, el cabo primero Carlos Daniel Tejada, único policía sospechoso de tener culpa en esa muerte por no controlar ni evitar que el detenido tuviera un encendedor y el cigarrillo que supuestamente intentó fumar, fue absuelto por el juez en lo Correccional Eduardo Gil, quien no encontró acreditada la responsabilidad del policía en los delitos que le imputaban: incumplimiento de los deberes de funcionario público y homicidio culposo (matar sin intención).
La absolución, por el beneficio de la duda, fue lo que pidió durante los alegatos el fiscal del caso, Alejandro Mattar. El defensor César Jofré también pidió la absolución, pero por tratarse de un caso atípico.
Ambos se apoyaron en la caótica situación que se vivió en la seccional aquella madrugada: porque de los cuatro policías que había, tres salieron a las Lagunas de Guanacache a investigar el ataque a tiros contra un hombre. Luego volvieron con dos detenidos de ese hecho y regresaron a la escena del ataque a buscar el arma y otras pruebas. En ese interín, se llamó a un policía de franco para que ayudara, y ahí también esos dos detenidos se dieron a la fuga y Tejada salió a perseguirlos, sumándose a la persecución uno de los dos policías que hacían adicionales en el boliche, los mismos uniformados que habían detenido a Rodríguez.
Fue cuando volvían con un recapturado, alrededor de las 5.30, que vieron humo en la celda. Y entonces hubo otra complicación: se rompió la llave del candado de la celda y hubo que forzar las rejas con una polea. Cuando llegaron a Rodríguez, le escucharon un ronquido, pero ya era tarde.
"La muerte de este joven fue producto de la mala suerte. Y responsabilidad es de la institución policial más que de Tejada, quien esa noche tenía que hacer de todo y no sabía lo que tenía que hacer", dijo Jofré en su alegato.
Para los abogados de la familia de la víctima, Alfredo Frías y Graciela Soria Vega, sí quedó probada la autoría de Tejada en el homicidio culposo. Así, Frías puntualizó que Tejada era jefe de guardia y estaba a cargo de Rodríguez; que no lo requisó cuando debía hacerlo y llegar incluso "hasta desnudarlo, pero le pedía las cosas en lugar de revisarlo", dijo. También lo culpó porque al verlo tan ebrio, debió pedir que un médico le dijera si podía estar preso ya que también pudo sufrir un coma alcohólico. "Con este fallo hay un antes y un después. Así, ¿qué seguridad puede tener un ciudadano común si estando dentro de una seccional no sabe qué puede ser de su suerte?", se preguntó Frías, quien había pedido el máximo de la pena. Ahora, analizarán si piden revisar el fallo ante la Corte de Justicia.
