San Juan.- En noviembre del 2005, Diego Zalazar, por entonces de 20 años, fue condenado a reclusión perpetua por el crimen de un vecino suyo, Damián Chávez, sucedido dos años antes.
La justicia entendió que el joven, asesinado anoche a puntazos en el Penal de Chimbas, fue sorprendido el 25 de octubre de 2003 en el interior de la finca de El Ricón, en Caucete, embalando cosas y preparado para huir. Cuando Chávez lo descubrió y reconoció, eran vecinos, pelearon en el hall de entrada y la víctima le suplicó: ‘Por favor Diego, no me hagás esto’.
Al saberse reconocido y con el temor cierto de ser denunciado y perder lo que había robado, Zalazar alcanzó a atar a su vecino con una manguera, y con una bomba de agua le destrozó la cabeza en la zona de la nuca.
