El terremoto de 1944 marcó un antes y un después en la vida sanjuanina. Sobre todo en los edificios antiguos. Muchos quedaron reducidos a escombros y otros sólo sufrieron daños pero quedaron inutilizables. Esto último le ocurrió a la vieja sede del Club Social San Juan, ubicado actualmente frente a la Plaza 25 de Mayo. Y 10 años después de la tragedia, gracias al esfuerzo de sus socios pudo ser reabierto nuevamente. En esa reconstrucción, los escombros de la vieja sede fueron usados para rellenar el sótano y en la actualidad son la base de la emblemática institución, que mañana cumplirá sus 126 años de vida.

La historia del Club Social comenzó el 31 de marzo de 1888. Un grupo de amigos decidió crear un lugar donde pudieran debatir ideas y congregarse para distintas actividades sociales. El primer presidente fue Ramón Posse, y su primera sede estuvo en la calle Santa Fe, donde actualmente funciona Defensa Civil.

Pero, el 2 de noviembre de 1901, la comisión del club decidió comprar la casona de calle Rivadavia frente a la Plaza 25 de Mayo.

Esa propiedad era de Adela Coll de Rufino Jofré, esposa de Juan de Dios Jofré, un destacado hombre de letras y amigo de Domingo Faustino Sarmiento. Y mudaron la sede a ese lugar. Sin embargo, el terremoto de 1944 produjo grandes daños en el viejo edificio y por lo que decidieron que debía ser reconstruido. Por eso, optaron por vender una parte del enorme terreno y tirar abajo la casona. Y con dinero que aportaron sus socios reconstruyeron la nueva sede.
’Por cuestiones de presupuesto se decidió que el sótano de ese palacio fuera inutilizado. Por eso fue tapado con los escombros’, contó Tristán Yanzón, actual presidente del Club. Así fue que sobre su mismo pasado, en 1954 la sede actual fue terminada y reinaugurada. Según cuenta la historia escrita por Hebe Almeida de Gargiulo, una de sus socias.

Este club típico es uno de los más antiguos de la ciudad y siempre se distinguió por las actividades que ahí se desempeñaron. Su gimnasio viejo fue el centro de la esgrima en San Juan y hoy muestra aparatos modernos, mientras que la vieja sala de billar y naipes sigue siendo uno los lugares preferidos para este tipo de reuniones. Además, el Club Social siempre se destacó por ser un lugar para eventos culturales, políticos y grandes fiestas.