La clase media de nuestro país ha sido siempre un factor que distinguía a la Argentina del resto de los países latinoamericanos. Aunque se ha recuperado de la crisis de 2002, aún se encuentra en un nivel menor que el de 1994, según un estudio sobre el comportamiento del sector en las últimas décadas.

De acuerdo a la conclusión a la que arribó una reciente investigación realizada por los economistas Walter Sosa Escudero y Sergio Petralia, de la Universidad de San Andrés, se advierte un claro retroceso de la clase media y un aumento de la pobreza en la Argentina en los últimos 35 años. En 1974, el 82,6% de la población de nuestro país era de clase media y sólo el 7,1% era considerada pobre. En 2006, los sectores de ingresos medios suponían el 58% de la población y los de bajos ingresos, sólo el 32 por ciento. Pero desde 1974, la clase media comenzó a perder terreno.

En 1988, antes de la hiperinflación, había quedado reducida ya al 45% de pobreza. El estudio de Sosa Escudero y Petralia advierte que en ese momento se marcó un primer hito: la cantidad de habitantes en uno y otro sector social fue prácticamente la misma. En cambio, a mediados de los "70, la clase media representaba casi 12 veces más población que la baja. A partir de 1994, la situación social fue empeorando año tras año. Sin embargo, 1994 muestra mejores niveles que los actuales, con un 63,8% de clase media y un 26,1% de pobreza. En 2002, luego de que la convertibilidad diera paso a la devaluación, la clase media tocó fondo: sólo uno de cada cuatro argentinos; es decir, el 26%, pertenecía a ese estamento. El 63,9% carecía de los recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas de alimentos, vivienda, vestimenta, transporte, educación y salud.

Es aquí donde los investigadores señalan un segundo hito, mayor que el primero: que los pobres devinieron un grupo social que duplicaba al de la clase media y eso llevó a que aparecieran en el centro de la escena política. Una pregunta que deja pendiente el informe es qué sucedió en los últimos cuatro años. En 2007, el Gobierno nacional intervino el INDEC justo cuando la inflación comenzaba a desmadrarse por encima del 10% e incluso al 20% anual, y ahora sin mediciones confiables, por lo que el deterioro sería mucho mayor.

Resulta un retroceso evidente que mientras en la Argentina la población de clase media se reduce, en los países vecinos se expande, perdiendo nuevamente algo que era no sólo un logro del país, sino un distintivo de progreso.