Con más de 60 años abocado al estudio de la composición química de minerales, este reconocido doctor en química porteño lleva más de la mitad de su vida coleccionando minerales. Su recopilación abarca los más diversos matices, colores, texturas y orígenes. Sin embargo, se declara amante de los minerales lumínicos como el cuarzo sanjuanino. “En mis exposiciones siempre trato de mezclar los puntos comunes que poseen la geología y la química. Pero a su vez, siempre le agrego una cuota de humor para llamar la atención de aquellas personas jóvenes que comienzan a ingresar a este increíble y apasionado mundo de los minerales”, explicó el profesor de 80 años. Y continuó: “Por ejemplo, en una exhibición de núcleos, una de las piedras parece un monte y otras tienen forma de platos voladores. Entonces armo un grupo de minerales de forma de platillo alineados circularmente a la roca que parece un monte y lo titulo Cerro Uritorco, por las connotaciones de avistamientos de ovnis en dicha zona. Es fundamental profundizar el conocimiento científico en los jóvenes, pero también hay que despertarles el humor. Las personas con humor son las más sanas humanamente”.
El experimentado químico nacido en Avellaneda explicó a CUYOMINERO que la pasión por los minerales ha sido algo difícil de explicar a lo largo de su vida. Al escucharlo hablar, se denota el entusiasmo y el fervor que experimenta cuando profundiza el estudio o la observación de los compuestos químicos minerales. “No se si será específicamente la estética, o el echo que sean compuestos químicos, o una mezcla de ambos. Los minerales siempre me interesaron. Son maravillosos, no hay dos especimenes iguales. Para mí, cada uno de ellos es obra de Dios”.
La colección de rocas de Alfredo Kuck se basa principalmente en minerales cosechados por otros. Su profesión, vinculada siempre al estudio de laboratorio no le ha permitido viajar como le hubiese gustado para conocer en origen los minerales que conforman su repertorio rocoso. Sin embargo, ha sabido adquirirlos a lo largo del tiempo mediante canjes laborales, adquisiciones pagas, regalos etc. Actualmente posee una colección renombrada a nivel nacional, pero se declara “vago” a la hora de contabilizar y realizar un catálogo explicativo de su compilación. “El amor por los minerales nació en la escuela secundaria. Fue algo imprevisto. Fue fascinación.
A su vez, fue algo que me ha acompañado incluso desde antes de mi matrimonio, el cual lleva 51 años. Recuerdo que cuando me casé, mi madre la miró a mi mujer y le dijo: te lo llevas a él y a todos sus cascotes”, recordó Alfredo entre risas luego de una de las conferencias del X Congreso Nacional de Mineralogía y Metalogenia realizado en San Juan en el mes de octubre.
El reconocido coleccionista dijo nunca haber trabajado directamente para la industria minera. Su labor, siempre se ha visto reflejada dentro del laboratorio y abocado específicamente a la química orgánica. “He trabajado una que otra vez en industrias públicas y privadas, pero siempre en estudios de laboratorio”, comentó Kuck, quien desde hace unos años integra el GEMIPA, un grupo de personas que se dedica a coleccionar y compartir conocimientos sobre geología, minería y paleontología. Según explicó el químico jubilado, este grupo de personas se compone desde aquél que se interesa por el color de los minerales, hasta el más elevado profesional. “Hay de todo, comerciantes, artesanos que venden y trabajan las rocas etc. Y más allá de la particular motivación, la idea fundamental es compartir esta pasión que tanto nos une”.
