Si adelantar la etapa del Colorado había generado una polémica, intentar analizar lo que puede ocurrir hoy amplifica el debate. Sabido es que los escaladores son especialistas y suelen imponer las reglas de todo ascenso. Lo mismo ocurre con los sprinters cuando se trata de llegadas masivas. Sin embargo, en esta Vuelta rara porque se han sacado diferencias importantes en varias etapas llanas, el ascenso a mitad de semana, pondrá en el tapete la lucha de los escaladores con los sprinters que pasan bien la media montaña.
La ventaja que tiene Darío Díaz es buena. Si uno analiza los ascensos corridos por el catamarqueño cuando tuvo chances de pelear su posición, lo máximo que le sacaron fue 1m40s. De todas maneras la montaña siempre propone desafíos nuevos y, a veces, inesperados.
Dotti contó la semana pasada a DIARIO DE CUYO que estaba obligado a cambiar de táctica, porque antes especulaba con la diferencia que tenía a su favor en la crono y que se exigía a pleno en los últimos cuatro kilómetros, sin duda alguna los más duros que tiene el viaje hasta el promontorio de 2.672 metros de altura sobre el nivel del mar que divide Ullum de Iglesia.
La de hoy promete ser una lucha titánica entre los equipos que apoyan al líder y los que tienen hombres que lo acechan.
La lucha por el ascenso comenzó ayer cuando los “piqueteros” guardaron a sus fuertes rodadores y edificaron una fuga con los velocistas que provocó un gasto extra en los hombres encargados de cuidar a Díaz.
Se supone que los arranques se iniciarán en el Villicum y que serán continuos. El que llegue más entero, física y anímicamente, impondrá condiciones.
