Tras el revuelo que se armó cuando el padre José Rosales repartió entre sus fieles una carta (en la que arremetía directamente contra monseñor Alfonso Delgado y decía que se retiraba de sus oficios de párroco porque el Arzobispado había decidido reemplazarlo en sus labores de representante legal del colegio parroquial Medalla Milagrosa del barrio Bancario) el cura volvió a comunicarse con sus seguidores mediante otra carta. En este escrito ratificó la autoría del anterior y explicó cuáles son las actividades que está realizando. Así salió a la luz que este cura está dentro de la parroquia, pero a medias. Si bien no dejó de ser párroco, él optó por no dar misas, pero sí ofreció asistencia espiritual a quienes se lo pidan, entre otras cosas.
En la nueva carta, que fue publicada en el Facebook que tiene la parroquia, el cura escribió que la carta que repartió durante la última misa que dio, el pasado 27 de febrero, era de su autoría y que en ella explicó los motivos por los que decidió “retirarse del oficio de párroco hasta que la Santa Sede resuelva su situación”. “Me retiro para no entorpecer las actividades propias de una parroquia que tiene colegio. También me retiro de los oficios de defensor del vínculo y promotor de Justicia vicecanciller, profesor del Seminario y delegado para la causa de beatificación de Brochero, para preservar mi integridad moral, psíquica y espiritual que se ha visto convulsionada por este conflicto”, escribió en esta segunda carta Rosales. La actividad que continúa es la de formar parte del Tribunal Eclesiástico de Mendoza. Además, explicó que se encuentra viviendo en la casa parroquial junto al flamante vicario Daniel Meneses y que todas las actividades religiosas programadas para Semana Santa se realizarán sin modificación. “Las actividades en las que me requieran, no dejaré de hacerlas, especialmente con los enfermos”, agregó.
En la primera carta que escribió, tras conocer la noticia que desde el Arzobispado lo habían removido del cargo de representante legal del colegio y que había sido reemplazado por el cura Sergio Ramos, el sacerdote aclaró que dejaría de ser el párroco y que no iba a dar misas porque ésta era una actividad que no podía separar de su tarea como representante legal. “Si me sacan de una, me doy por despedido de la otra”, escribió en ese momento el sacerdote. Ante esto, desde el Arzobispado dijeron que la nueva carta mediante la que confirma que fue el autor de la anterior, no llegó a manos oficiales. Además se dijo que Rosales continua siendo el párroco y que puede decidir qué actividad religiosa realizar ya que cuenta con la asistencia de un vicario que puede reemplazarlo en algunas celebraciones.
El modo de conducirse de este sacerdote tiene adeptos y detractores. Por un lado están los que opinan que es un cura soberbio, que tiene mal trato con la gente y que en las misas se conduce inapropiadamente. Pero están los que dicen que se trata de un cura muy recto, apegado a las leyes de la Iglesia y que es eso lo que suele molestar a muchas personas. De este asunto, Delgado prefirió no dar una declaración pública.
