La pandemia de gripe A, que mantiene a la Argentina en el segundo lugar de los países con más víctimas fatales, concentró todos los recursos sanitarios para luchar la influenza, agravada por las patologías respiratorias de temporada.

Las autoridades expresaron que el brote se ha estabilizado, y hay avances locales hacia la obtención de una vacuna que será efectiva, a partir del próximo año, si el virus A H1N1 no muta -hasta ahora no ocurre- según la Comisión de Enfermedades Emergentes de la Sociedad Argentina de Infectología.

El panorama indica una reacción oportuna de la sociedad en su conjunto, para contener una enfermedad que ya causó más de 150 muertes en el país. Eso quiere decir que también se pueden controlar desbordes epidémicos como el del dengue, frenado solamente por el invierno.

Por eso el director de Epidemiología bonaerense, Mario Masana Wilson, solicitó mantener las medidas preventivas contra la propagación del dengue, ya que "el virus puede reaparecer y mostrar otra faceta de su impredecible circulación", dijo el funcionario. Es que hasta antes de la actual ola de frío, reaparecieron casos en el Norte, porque pese al invierno allí hace calor suficiente como para que el mosquito crezca, se desarrolle, pique y presente en la enfermedad variantes desconocidas.

El infectólogo platense advirtió que si no se toman medidas ahora el dengue puede reaparecer en el verano introduciendo un nuevo serotipo y la población no tiene anticuerpos suficientes para contrarrestar la enfermedad. Y para el dengue, tampoco hay vacunas.