Los partidos aliados del Acuerdo Cívico y Social (ACyS) apostarán a sostener durante el 2010 un debilitado espacio cargado de diferencias internas, a pesar del auspicioso resultado electoral que los constituyó como la segunda fuerza política detrás del kirchnerismo.
El anticipo de los comicios legislativos obligó a acelerar el la alianza que venían gestando el radicalismo, la Coalición Cívica y el socialismo, pero los individualismos impidieron la consolidación del frente más allá del ámbito parlamentario, donde se logró una acción coordinada.
Tras las elecciones, la UCR decidió convertirse en la columna vertebral del ACyS de la mano del vicepresidente Julio Cobos, quien formalizó su retorno al histórico partido y reavivó as las esperanzas presidenciales para el 2011.
Pero este plan colisionó con las intenciones de la líder de la CC, Elisa Carrió y, en menor medida, del gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, que no aceptan subordinarse al proyecto encabezado por Cobos y mantienen sus expectativas de suceder a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Para no quedar inmersos en una eterna discusión por las postulaciones presidenciales, los integrantes del ACyS acordaron no discutir durante el año entrante la composición de la fórmula, pero en la realidad política este entendimiento se vio desdibujado por los fuertes liderazgos que tiene cada agrupación.
Sin perder de vista el 2011, el radicalismo planea poner sobre la mesa un plan de gobierno que hasta el momento sólo es respaldado por el GEN de Margarita Stolbizer, ya que la Coalición apostó a una alternativa independiente bajo el mando de Carrió y el PS quiso evitar un compromiso anticipado.
La intransigencia de la chaqueña -que ya adelantó su decisión de competir por tercera vez por la Presidencia- provocó la ruptura con Stolbizer, una aliada fundamental en el distrito bonaerense, que busca consolidar la autonomía de su fuerza.
Asimismo, la CC-ARI perdió el apoyo del radical Enrique Olivera y no logró convencer a la diputada Patricia Bullrich de sumarse a la estructura partidaria aunque mantuvo su respaldo en el Congreso.
El giro estratégico de Carrió se vio reflejado en su traslado al territorio bonaerense, donde realizará diversas visitas y actividades durante el 2010, y en la intención de construir una alternativa para las próximas elecciones en la Ciudad.
Para ello, el diputado nacional Adrián Pérez decidió correrse al ámbito capitalino y liderar la CC-ARI porteña con perspectivas de desplazar a Mauricio Macri de la Jefatura de Gobierno.
En simultáneo al trabajo con el ACyS, el radicalismo transitó durante 2009 un arduo camino hacia la reunificación con los disidentes cobistas que quedó plasmado en la reciente elección de la nueva cúpula partidaria bajo el mando de Ernesto Sanz, uno de los principales mentores del acercamiento a los ex radicales K.
Con el respaldo de un bloque de 44 diputados y de 22 representantes en la Cámara Alta, el partido se fijó como prioridad la construcción de una plataforma para convertirse en una alternativa de poder y demostrar que pueden gobernar después de la crisis del 2001.
El socialismo, por su parte, prepara un Congreso partidario para mediados de marzo donde definirá los principales lineamientos que apuntarán a fortalecer el partido más allá del Acuerdo Cívico.
En el ámbito legislativo, la fuerza liderada por el senador Rubén Giustiniani, impulsará un acercamiento con Proyecto Sur de Fernando "Pino" Solanas y el bloque de Solidaridad e Igualdad (SI), sin perder el vínculo con sus socios electorales.
Lo mismo sucede con Stolbizer, que sin descuidar la relación con el "panradicalismo", golpea otras puertas que le permitan ampliar su influencia.
