Durante varios minutos estuvieron concentrados marcando las líneas, equilibrando las alas y logrando que la punta estuviese lo más derecha posible. La idea era que el avioncito de papel volara lo más lejos posibles y para eso la construcción fue la clave. Es por eso que la previa de la competencia fue pura concentración. Pero una vez que se colocaron detrás de la línea amarilla, el juego empezó y se olvidaron de todo. El de ayer fue un día distinto para los chicos y los padres que fueron al Parque de Mayo a participar del Primer Campeonato de Avioncitos de Papel. El encuentro fue organizado por la Mesa de Inventores de la Dirección de Gestión de Proyectos que depende de la Secretaría de Ciencia y Técnica.
Lejos de la televisión, de los celulares y sin gastar un peso, los chicos pasaron una tarde diferente. Algunos llegaron al Parque porque sabían que había un concurso de avioncitos, pero otros se encontraron con la propuesta de casualidad. Como era abierta y gratuita, todos participaron. Para los chicos fue un desafío armar el mejor avión, es decir, el que llega más lejos. Para los padres, fue un viaje en el túnel del tiempo. Fue volver a su infancia porque sacaron a la luz la habilidades de su niñez.
En grandes mesones, la organización colocó muchas hojas de papel para que nadie se quedara sin fabricar su avioncito. Noelia, que es diseñadora, dio algunas directivas a aquellos novatos en la materia. “La técnica es marcar bien las líneas y lograr simetría”, explicó la mujer, sobre todo a los chicos que nunca antes habían armado un avioncito de papel.
Entre juego y juego, los chicos se dispusieron a participar del concurso, en una tarde con buen clima. Pero no sólo fueron ellos los que compitieron. También hubo papás que se animaron al desafío. Es por eso que se participó en tres categorías: Brisa, de 5 a 10 años, Viento, de 10 a 15 años y Huracán para los adultos. El jurado fue quien corroboró qué avión llegó más lejos. Y para que no hubiese confusión, cada avión tenía escrito el nombre de su propietario. La idea fue incentivar la creatividad en los chicos. Los ganadores de cada categoría se llevaron de premio un viaje en aeroplano y un avión de madera balsa.
