Un par de cóndores se apostó en el filo más alto del cerro como presintiendo que su compañero estaba cerca. La gente se quedó en silencio. Jachal, así bautizaron al cóndor que fue rehabilitado en Buenos Aires porque no sabía volar, salió de la jaula sin dudar ni un segundo. Movió su cabeza lentamente como inspeccionando a quienes lo observaban. Desplegó sus alas y por primera vez sintió el viento de la montaña traspasar sus plumas. Hubo que esperar casi tres minutos, que parecieron una eternidad, para que el cóndor desplegara sus tres metros de plumaje blanco y negro y se lanzara a conquistar el cielo.

Así, el valle que vio nacer a don Buenaventura Luna, fue testigo de una situación inédita en la provincia. Es que ayer, por primera vez liberaron un cóndor andino en territorio sanjuanino, después de haber sido rehabilitado porque no sabía volar.

Es por eso que el de ayer no fue un vuelo cualquiera. El cóndor, considerado por los distintos aborígenes andinos, como mensajero que une la tierra con el cielo, le quitó el aliento a más de uno. Más de 300 personas presenciaron un ritual sin precedente. Esperaron ansiosos el momento en que el animal, que se cayó de su nido recién nacido, pudiera volar por primera vez y encontrarse en las alturas con sus semejantes.

Fue el mediodía la hora elegida para la ceremonia. Por más de 24 horas, Jáchal permaneció en una caja especial en la que fue trasladado desde Buenos Aires hasta San Juan. El vuelo del cóndor tuvo sus particularidades. Como si se tratase de un planeo en parapente, el animal esperó una corriente ascendente, para carretear y desplegar sus alas. Una vez que emprendió el vuelo, sus alas se desplegaron tanto y tan rápido, que no tardó en perderse entre los cerros. Lo que dejó el momento es un puñado de personas emocionadas hasta las lágrimas.

El cóndor que se liberó es un macho juvenil que tiene poco más de tres años y pesa 11 kilos. Fue puesto en libertad tras haber completado un proceso de rehabilitación en el zoológico de Buenos Aires, a través de la fundación Bioandina. A Jáchal, lo encontró el gendarme Muñoz, en el fondo de una vivienda jachallera. El cóndor nunca pudo volar solo ni autoabastecerse. Una experiencia que pudo vivir ayer por primera vez.

Huaco no fue elegido al azar. Allí hay dormideros naturales. La liberación del cóndor tiene además una connotación cultural importante. Es por eso que en la ceremonia de liberación participó Rumi, un descendiente de diaguitas, calchaquíes, por parte de madre y quechua por parte de padre. "La liberación de este cóndor es la oportunidad que tenemos para entender que nos somos dueños de la tierra, sino hijos", dijo el hombre, unos minutos antes que Jáchal conociera la libertad.