Según la mayoría de las encuestas, el partido republicano -envalentonado por sus denuncias de que el presidente Barack Obama no se anticipó a las crisis del ébola y del Estado Islámico- aumentaría su actual mayoría en la Cámara de Representantes, y podría lograr control del Senado si gana las seis bancas que necesitan. En la Cámara de Representantes, se espera que los republicanos aumenten su actual mayoría con entre 8 y 10 escaños.
No es inusual que el partido opositor gane las legislativas en EEUU, especialmente durante un segundo mandato presidencial. Casi siempre, a esta altura, la oposición está más motivada para votar que los partidarios del gobierno, y tanto los hispanos como los afroamericanos -que votan mayoritariamente a los demócratas- tendrán una baja concurrencia a las urnas.
Pero podría ser una victoria pírrica para los republicanos. Según el artículo del The Washington Post, "Los conservadores del Tea Party probablemente ganen más bancas en la Cámara”, las encuestas muestran que entre 6 y 8 candidatos republicanos apoyados por el Tea Party reemplazarían a legisladores más moderados de su propio partido que se retiran.
Eso significaría que el líder republicano de la Cámara de Representantes, John A. Boehner, tendrá aún más dificultades que las que ha tenido para moderar a su bloque legislativo. Los republicanos de la Cámara de Representantes han bloqueado la reforma migratoria integral aprobada por el Senado el año pasado, pese a que republicanos clave como el ex presidente George W. Bush y el posible aspirante Jeb Bush la habían apoyado.
"Si los republicanos logran controlar ambas Cámaras, propondrán las medidas inmigratorias más duras desde que trataron de convertir a los inmigrantes indocumentados en criminales en 2005”, dice Frank Sharry, director del grupo proinmigración America’s Voice.
Mi opinión: Si las encuestas están acertadas y los republicanos ganan ambas Cámaras del Congreso, es probable que Obama cumpla con su demorada promesa de tomar una acción ejecutiva en inmigración, y ofrecer una vía para obtener permisos de trabajo a casi 8 millones de trabajadores indocumentados.
Eso enloquecerá a los republicanos del Tea Party en el Congreso. Acusarán a Obama de ser un dictador que legisla por encima del Congreso -curioso, porque ahora lo acusan de ser un indeciso-, y pedirán un juicio político al presidente, lo que no llegará a ningún lado.
Un Congreso controlado por la extrema derecha, sumado a un proceso de elecciones primarias por el cual los estados de mayoría blanca del noreste tendrán gran influencia en decidir quién será el próximo candidato del partido, podrían resultar en la nominación de un candidato presidencial republicano inelegible.
Los republicanos, cuyo porcentaje del voto hispano cayó del 44% en las presidenciales de 2004 al 27% en las de 2012, podrían ser derrotados otra vez en 2016 por ahuyentar el voto latino. Ya estoy viendo a la probable candidata demócrata Hillary Clinton.