La muerte del pequeño Angel removió la indignación y bronca guardada por su familia en esos cinco días de angustia que esperaron el milagro de su recuperación que nunca llegó. Indignación por aquel motociclista que lo atropelló y escapó dejándolo tirado en medio de la calle, y bronca porque aseguraron que si en el Hospital de Niños hubieran atendido bien al chico desde un principio, quizás se salvaba. Para colmo, el niño falleció a las 14 del lunes y pasaron 8 horas hasta que el personal médico se acordó de avisar a la policía y tramitar el traslado.
El miércoles de la semana pasada, Angel Isidro Blanes (9) jugaba a la pelota con su hermanito y otros chicos casi frente a su casa, en la esquina de las calles Salvador María del Carril y Laprida, en Villa Nacusi, Pocito. Lo poco que relató su hermano menor fue que un hombre en una moto 110cc. dobló a toda velocidad y atropelló a Angel. El motociclista jamás se detuvo, al contrario escapó. Hasta la fecha, los policías de la Seccional 6ta. siguen buscándolo.
Eran minutos después de las 19, cuando llevaron al chico al Centro de Salud René Favaloro. Un médico le detectó una fractura en la pierna derecha y pidió derivarlo al Hospital de Niños para practicarle una tomografía porque podía tener lesiones cerebrales. "Lo enyesaron, y nos tuvieron dando vueltas y no le hicieron el estudio. Al niño le dolía la cabeza y vomitaba. Y lo que nos respondían era que estaba así por la reacción de la anestesia. Fue un desastre la atención en el hospital nuevo. Al otro día tuvimos que pelear para que lo atendieran y el personal nos amenazó con llamar a la policía", relató Dora Miranda, la abuela. Recién a las 16 del jueves, casi un día después, le hicieron la tomografía computada y comprobaron que Angel había sufrido una fractura de cráneo y tenía hemorragia cerebral, afirmó Dora. Desde ese momento, el niño pasó a terapia intensiva, donde estuvo internado hasta que falleció el lunes a las 14. Lo increíble es que el personal médico dejó el cadáver en la morgue del hospital y luego de 8 horas avisaron a la policía. Todo eso demoró el traslado y la autopsia. Con decir que ayer a la tarde, o sea un día después, su familia pudo empezar a velar a ese niño de 9 años, el cuarto de siete hermanos y alumno de la Escuela Tagore, que se accidentó por jugar en la calle.
