El pequeño plato volador surcó el cielo celeste. Primero siguió a los chivos de los puesteros chilenos, y luego se paseó sobre el campamento. Los arrieros no dejaron de mirar ese aparato que sobrevolaba sus cabezas. Poco después, los expedicionarios pudieron ver imágenes aéreas únicas. Es que por primera vez se está filmando el Cruce de los Andes con un dron. El responsable de llevar esta tecnología a las entrañas de la cordillera es Gustavo “Huevo” Muñoz. Así transcurrió la jornada de ayer de la décima edición del Cruce, en el refugio Sardina, a casi 3.000 metros de altura. Hoy, la columna partirá hacia el límite con Chile y mañana les tocará atravesar otro de los tramos complicados por las pendientes descendentes: La Honda.

Desde el cielo, la travesía está tomando otra dimensión visual. Pero la tarea no es sencilla. El equipo de Telefe también tiene un dron, pero por las fuertes ráfagas, no lo pudieron hacer volar. El aparato que está funcionando es especial. Tiene más de 6 hélices y motores. Además, tuvo que ser reducido de 2,5 kilos a 600 gramos. ‘Corremos el riesgo de que el dron se rompa, se caiga, pero igual vale la pena porque estas imágenes dimensionan la travesía y la magnitud de la naturaleza‘, contó Muñoz.

Esto sucedió durante la tercera jornada de la travesía, cuando los expedicionarios se instalaron en el refugio Sardina para aclimatarse. El día comenzó soleado pero hacia la siesta se nubló y se esperaba una tormenta. A pesar de esto, el buen ánimo se mantuvo entre los expedicionarios. Tras un fogón, el martes por la noche, donde hubo recitados de Alejandra Darín y Juan Palomino, llegó el momento de disfrutar del corazón del Valle de Los Patos. Alrededor del refugio armaron enormes carpas de montaña para albergar a parte de los participantes. Mientras que los animales se dispersaron a pastar y tomar agua del río, los arrieros se apostaron en el lugar y no dejaron de disfrutar de un asado a primera hora de la mañana. Mientras que el menú del día fue una sopa con charqui y por la noche hubo chivo.

Entre las actividades programadas de ayer, estuvo la charla que dio gente del RIM 22. Hicieron una mesa de arena, tal como lo hacía San Martín, para explicar el contexto histórico del Cruce. Esto llamó la atención de los participantes que se animaron a preguntar más sobre la gesta sanmartiniana. Los expedicionarios tuvieron la oportunidad de descansar ya que el de ayer fue el único día de todo el Cruce, que no se montó en mula. Lo que se buscó fue que se aclimataran y descansaran ya que hoy la jornada volverá a ser intensa. A primera hora partirán rumbo al límite con Chile, en Valle Hermoso, para encontrarse con la comitiva chilena y así rememorar el triunfo de la batalla de Chacabuco. Los baqueanos pronosticaron mal clima para hoy, ya que una tormenta avanzaba por entre las montañas. Hay mucha expectativa entre los expedicionarios.